“Vamos a ganar la Nations League”. Con esta premonitoria y convincente frase recibió Luis de la Fuente a los jugadores de la selección en la concentración de Laz Rozas, antes de partir a Países Bajos. Era un momento dubitativo para su figura. La Federación aseguraba que seguiría como seleccionador nacional independientemente del resultado de la Nations, pero la opinión popular tenía dudas sobre si era el técnico ideal para La Roja. Muchos aficionados no se sentían representados ni unidos como en la anterior etapa con Luis Enrique, especialmente durante el Mundial de Qatar.
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Los streams del exseleccionador durante la cita mundialista conectaron con la afición, pero Luis de la Fuente decidió mantenerse fiel a su forma de ser una vez establecido en el cargo. “No tengo redes, no las utilizo. Todo lo que tenga que salir de mí, será a través de los medios de comunicación”, aseguró en su presentación. La Federación sabía que daba un giro de 180 grados con su nombramiento. Alejado del foco mediático en el que disfrutaba su predecesor, De la Fuente devolvió la calma a una selección criticada tras el batacazo en Qatar. “Nos ha dado tranquilidad”, afirma Morata tras ganar la Nations League “Nos ha metido su emoción y competitividad en vena”, asegura Carvajal.
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Triple campeón de Europa y subcampeón olímpico
Con un fútbol poco vistoso, pero práctico, De la Fuente devolvió el gen ganador y la gloria a España once años después. Durante ese tiempo las decepciones estaban a la orden del día. Excepto en la última Eurocopa, España no superó los octavos de final en ninguno de los cuatro grandes torneos disputados desde que Casillas levantara la Copa del Mundo al cielo de Sudáfrica.
Es la tercera ocasión que Luis de la Fuente, desconocido para la mayoría de aficionados españoles cuando asumió el cargo, logra un título continental con la Selección. Su exitoso paso por las categorías inferiores comenzó en 2015, conquistando la Eurocopa sub-19 con futbolistas como Unai Simón, Mikel Merino, Rodri y Asensio, presentes también en el título ganado anoche ante Croacia. Misma columna vertebral que conquistó cuatro años más tarde el europeo sub-21 en Italia. El palmarés de Luis de la Fuente no acaba ahí, antes de dar el paso a la Absoluta, se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que, hasta anoche en Países Bajos, era su última gran hazaña.
Ha dado continuidad a sus ideas
La obra que comenzó Luis Enrique hace nueve meses sacando el billete para las finales de la Nations League, lo culminó De la Fuente dando continuidad a las apuestas de su tocayo que al mismo tiempo coincidían con algunas de las suyas. Mikel Merino es una de ellas, pero la más significativa es la de Unai Simón. Cuestionado en los últimos meses por el rendimiento mostrado, ha confiado en él. Se ausentó en la primera convocatoria para los partidos ante Noruega y Escocia por lesión, pero De la Fuente tenía claro que iba a ser su meta titular. “No soy nadie para decir si merezco ser titular, lo que intento es entrenar, mejorar porque tengo mucho margen de mejora y ser mejor portero. El resto de méritos no valen para nada. La decisión la toma Luis y punto. No sé quien va a jugar ante Italia y, sinceramente, no me preocupa”, afirmó Unai en la concentración de la Selección antes de que iniciara el torneo.
La naturalidad que caracteriza a Luis de la Fuente le ha permitido conseguir aquello que otros seleccionadores, pese a sus innovadores métodos no lograron: ganar. La dura derrota ante Escocia en marzo le ha obligado a tener que soportar durante tres meses las dudas en torno a su figura, aunque desde la Federación siempre le han mostrado su apoyo. Ahora, cuatro partidos después de asumir el cargo, ya ha ganado un título que espera que sirva como punto de inflexión.
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