‘La cita de Carl’, el corto de Pixar que recupera a los personajes de ‘Up’ para reivindicar la ilusión romántica en la tercera edad

A Carl lo conocimos en la maravillosa Up (2009), esa película en la que un anciano, después de perder a su esposa y ante la posibilidad de ingresar en una residencia, decide hacer un gran viaje a ese lugar donde nunca pudo ir el matrimonio, para lo que inflará millones de globos y la casa saldrá volando hacia una increíble aventura.

Siempre se habla de Pixar como la factoría del imaginación, pero sin duda aquí se superaron. En pocas ocasiones han logrado llegar tan lejos en cuanto a inventiva y emoción, a través de una historia aparentemente simple, pero que parecía reinventarse a cada momento gracias a los ‘gambusinos’, los perros parlantes (entre los que se encontraba Dug) y mil y un hallazgos más.

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La película fue dirigida por Pete Docter, que más tarde sería el responsable principal de Del revés (Inside Out), otra cima de la animación moderna, y por Bob Peterson que, los últimos tiempos se ha pasado al formato corto para configurar todo un catálogo de cápsulas que pueden verse en Disney+. Entre ellas, las dedicadas al cuchillo de plástico de Toy Story, Forky, tituladas, Froky hace una pregunta, entre las que encontramos, ¿qué es el dinero?, ¿qué es la amistad?, ¿qué es el arte?, ¿qué es el tiempo?...

Pero, Peterson también ha dedicado sus esfuerzos en los últimos años a continuar con la historia de Up y desarrollar a los personajes una vez finalizado ese capítulo de sus vidas. En 2021 se estrenó Dug y Carl, una miniserie de cinco capítulos de 9 minutos de duración en los que veníamos a la pareja de amigos instalados en una nueva casa y en la que el perro hablador era el verdadero protagonista.

Ahora, el tándem reaparece en un cortometraje que acompañará el estreno de la película Elemental y que más tarde pasará a formar parte del catálogo de la plataforma Disney+ Se titula La cita de Carl, y en ella el anciano recibirá la proposición por parte de una señora de quedar para verse. Esto pondrá muy nervioso a Carl y Dug no lo entenderá muy bien. En el mundo de los perros, las cosas del amor, son mucho más sencillas... solo hace falta, como él mismo dice, con olerse el trasero.

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Así, el can ayudará en lo que pueda a su amo, que se teñirá el pelo, practicará baile, comprará miles de cajas de bombones, hará ramos de flores... en realidad, el corto se convierte en una preciosa constatación de que la ilusión romántica no tiene edad, que siempre puede encenderse la chispa cuando uno menos se lo espera, reivindicando el derecho de los mayores para enamorarse, para tener una vida plena y recuperar la confianza en sí mismos.

Carl se despedirá así de su Ellie, del gran amor de su vida, aunque eso no quiere decir que la olvide, porque siempre será la persona más importante para él. Pero ahora, junto a Dug, se lanzará a una nueva aventura, aunque en este caso sea de carácter sentimental.

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