Las elecciones anticipadas del 23 de julio están a la vuelta de la esquina y los partidos se están preparando para afrontar la campaña electoral y comprobar hasta que punto la oposición que han venido haciendo desde el comienzo de la legislatura ha calado o no en el electorado. En concreto, el Partido Popular ha elegido un tipo de discurso muy basado en lo emocional y cultural para tratar de desbancar a la izquierda y conseguir imponerse en las urnas. Lejos quedaron los discursos economistas basados en la “superioridad” de la derecha frente a la izquierda en este área y en sus iniciativas económicas para gobernar España. Esa etapa ha quedado atrás. Ahora, la nueva estrategia que ha adoptado la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo consiste en recurrir a un discurso emocional y cultural.
Corría el año 2008 cuando una gran crisis económica estalló en España. José Luis Rodríguez Zapatero llegó a La Moncloa cuatro año antes, una legislatura con unos datos boyantes y un progreso disparado que le llevó a su reelección. En este escenario de desarrollo, el entonces presidente no se imaginaba la que se le venía encima, una de la mayores recesiones que ha vivido el país. A partir de ese momento, el Partido Popular situó el tema económico en el centro del debate, un tema que abanderaría durante muchos años su discurso. Hasta ahora, dado que en los últimos años esto ha quedado atrás para dar paso a una oposición a nivel emocional y cultural.
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Iago Moreno, sociólogo y analista política, ha explicado a Infobae España que esto se debe a que los números ahora “juegan a favor del Gobierno”. Ni el paro, ni la gestión económica son las propicias para que los populares puedan utilizarlo para hacer oposición al Gobierno. Una cuestión en la que coincide Eduardo Bayón, consultor de comunicación, quien ha añadido, en declaraciones a este medio, que los datos que se conocen son positivos y, por tanto, no va a haber un desgaste del Ejecutivo entorno a este tema. Bayón también considera que la presión que ha venido ejerciendo Vox desde hace tiempo ha provocado que el debate político gire entorno a cuestiones “más culturales o emocionales”.
El último periodo en que se observó un discurso político por parte del PP fue en los primero momentos de la pandemia. La oposición de Isabel Díaz Ayuso entonces, apunta Moreno, tenía mucho que ver con una visión concreta de la economía, con esa visión de salvar la hostelería, acabar cuanto antes con los confinamientos, oponerse a los ERTES. Por su parte, a nivel nacional, la formación, entonces liderada por Pablo Casado, vaticinó que se perdería un elevado número de empleos y que se dispararían los índices del paro. Sin embargo, cuando pasaron los momentos más duros de la crisis sanitaria, esos discursos no acabaron teniendo base en la realidad, no se produjeron. Unos datos que “de forma desinteresada y astuta” supo aprovechar el Gobierno de coalición, ya que era una recuperación del momento más bajo del país y adoptaron “un discurso de los brotes verdes”. Además, estos número anularon la estrategia con la que el PP pretendía atacar al Ejecutivo.
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Números en positivo. “Yo creo que este es el principal motivo y que el Partido Popular ha leído que lo que realmente está movilizando a sus votantes y atrayendo otros nuevos es el rechazo al Gobierno y a la figura de Pedro Sánchez”, asegura Bayón. Este consultor de comunicación ha puesto foco en los movimientos que ha realizado el presidente como el Gobierno con Podemos o los pactos con EH Bildu y ERC. Además, Iago ha añadido que la formación liderada por Feijóo ha optado por una “guerra cultural donde está constantemente oponiéndose”, ya que hablan de ganadería y plan de transición verde; o de los valores de la familia con las políticas del feminismo. “Esto ha servido para crear un espacio político y se ha visto que funciona bien para aglutinar a la derecha”.
¿Favorece al PP tener un discurso similar a Vox?
Eduardo Bayón considera que el discurso no es que se asimile en el fondo sino solo en las formas, “en la polarización con el PSOE y con el Gobierno en general”. En este sentido, destaca que ellos han leído ahí un desgaste tanto de la figura del presidente como del Ejecutivo de coalición y en esa línea es donde se enmarca el hecho de “llevar la estrategia o el debate político a cuestiones absolutamente emocionales. Es lo que se llama batalla cultural, pero en este caso también con un componente muy emocional”.
Respecto a la moderación con la que Feijóo desembarcó como nuevo presidente de los populares, ha explicado que se “entendía” porque estaba intentando captar algún voto socialista. El PP ha visto que “el condicionante emocional” respecto al PSOE como el tema de Bildu ha funcionado en la campaña de las municipales y autonómicas, ya que el mapa se ha teñido prácticamente de azul. Además, destaca Bayón, esas formas le permiten seguir acentuando esa polarización respecto al PSOE. Por otra parte, también evitan que haya “una tentación de los votantes de la derecha de irse a Vox”.
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Este analista político ha asegurado que este tipo de discurso supone “grandes riesgos para la convivencia democrática”. En este sentido, ha explicado, que hasta se ha llegado a hablar de “pucherazo electoral”, aunque insiste en que no es la primera vez que pasa. Durante en la legislatura de 2004 y 2008 también había “conspiraciones por el ataque terrorista del 11-M o burradas como que el Gobierno se entregaba a ETA”. Con esto, Bayón quiere destacar que este discurso no es nada nuevo, pero “sí está más acentuado porque hay una presencia de un partido abiertamente ultraderechista y hay un clima que han ido construyendo durante años con ese discurso”.
Iago Moreno considera que esta forma de hacer oposición “no es la mejor forma de neutralizar que Vox pueda tener un papel determinante”. Y más si Vox sigue obteniendo una distancia electoral como para poder presionar para entrar en los Gobiernos. Aunque considera que es bastante difícil para el PP pensar de forma realista una alternativa a gobernar y pactar con Vox y “todo indica que la única estrategia por la que parece optar para a neutralizarlo en el medio y largo plazo es pactar gobiernos colectivos con ellos para que no puedan mantenerse ‘a fuera’, en un área que les legitime como outsiders”.
De cara al futuro: ¿volverá el discurso económico?
Bayón ha explicado que el tipo de discurso que cada formación adopta depende del momento, antes del 2008, la oposición se basaba más en el nivel emocional, como ahora. Sobre un posible retorno considera que dependerá de las circunstancias y del escenario del país. “Si la economía está en una situación negativa o excesivamente positiva lo veremos en esa línea”. En el corto plazo, destaca que también tendrá mucho que ver el Gobierno entrante: si vamos a un bloqueo institucional de la repetición de elecciones o si Sánchez consigue aguantar, el clima ser podría crisparse todavía más por parte de la oposición. En el caso de que el PP alcance el gobierno dependerá de si Vox tiene presencia en el ejecutivo o no”.
Por su parte, Iago Moreno coincide en estas afirmaciones y considera que el discurso economista volverá cuando vuelvan a dar mal los números o incluso antes, ya que cree que este tipo oposición sobrevivirá. “Lo que pasa es que quizás se muestre de otra manera”. “Si mañana la economía se rompe y no dan los números, creo que no tardaríamos nada en verlo”, ha añadido.
La figura de un economista
Ambos coinciden, además, en que el Partido Popular no cuenta actualmente con una figura económica como para respaldar un discurso de este calado. En este sentido, Iago Moreno ha explicado que esta oposición volvería si la formación popular tuviera “un líder claro que fuera capaz de expresar eso, un número dos como era Rodrigo Rato o una figura como la que expresa Nadia Calviño para el PSOE”. Y es que, los socialistas incluso han planteado a Feijóo realizar un debate económico, pero, según destaca este profesional, no estaría muy claro cual sería el político popular que acudiría a esta cita.
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