En un giro de los acontecimientos y contra todo pronóstico, el socialista Jaume Collboni se ha convertido en el nuevo alcalde de Barcelona. La ciudad condal era la principal mayor incógnita en el último día para constituir los ayuntamientos tras las elecciones del 28-M. La cosa estaba entre Xavier Trias, candidato de Junts y ganador de los comicios, y Collboni, del PSC, que necesitaba reunir los apoyos de formaciones radicalmente opuestas: el PP y los comunes. El primer movimiento público lo dieron los de Ada Colau a primera hora de la tarde, cuando comunicaron que votarían al candidato socialista y que renunciaban a entrar en el gobierno municipal. Y ahí, en esto último, estaba la clave, porque era precisamente la condición que el Partido Popular le había puesto al PSC para darle sus votos. Si entraban Colau y los comunes, harían presidente a Trias.
Ese era el escenario con el que se llagaba a una votación que arrancó poco antes de las 17.30 horas. No se sabía entonces que harían los populares, que seguían insistiendo en tener la seguridad de que los comunes no formarían parte del gobierno ni ahora, ni en el futuro. Minutos después se confirmó que el acuerdo estaba sellado: el PP votó Collboni y evitó una alcaldía independentista en Barcelona.
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Trias, que llegaba como principal candidato, se había quedado fuera y veía frustrado su regreso tras ocho años tras ocho años de gobierno de Colau. Sus 11 concejales, junto con los 5 de ERC no han sido suficientes, puesto que los 10 del PSC, junto a los 9 de En Comú Podem y los 4 del PP daban la mayoría a Collboni. Al margen del tablero y de todos los movimientos se ha quedado Vox, con sus dos concejales apoyando al número 1 de su lista. Trías confirmó al final de la jornada que renunciaba a su escaño, algo que ya había anunciado antes de las elecciones. Y lo ha hecho tras un discurso de enfado y reproches.
“Yo, a mis 76 años, les puedo decir, tranquilamente, que les zurzan a todos”, les espetó. Ustedes hacen tonterías, crean un mal ambiente, un ambiente de enfrentamiento, una situación difícil. Se equivocan absolutamente. Es tan evidente su error que, desde que he llegado, no se atreven a mirarme a la cara. Les da vergüenza. Están equivocados y el tiempo lo demostrará”, recriminó Trías, quien señaló especialmente a Colau. “Hay gente que no sabe perder con elegancia, no me refiero a ninguna persona, pero la miro”, dijo en referencia a la líder de los comunes.
La postura del PP
El PP se encontraba en una posición muy complicada ante la posibilidad de que la derecha independentista de Carles Puigdemont logrará el poder municipal. Solo ellos podían evitarlo. Según desvelan fuentes del partido, en la mañana del jueves 15 de junio, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, se puso en contacto con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. En esa llamada, los populares ofrecieron. La única condición fue que Ada Colau no entrara en el equipo de gobierno. “Hoy arrebatamos al independentismo la posibilidad de gobernar en la ciudad, y logramos además retirar al populismo su mayor plaza institucional a nivel municipal” presumen las mismas fuentes.
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Con la decisión de apoyar a Collboni, el PP deja al PSOE con un poder territorial en Cataluña superior al que tenía antes de las elecciones del pasado 28 de mayo. En la comunidad autónoma, el PSC gobernará los próximos cuatro años en tres de las cuatro capitales de provincia catalanas: Lleida, Tarragona y Barcelona. La última se la entregó a última hora con el beneplácito de Colau y los comunes y el enfado de Trias.
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