El Barça impuso este viernes la fuerza del colectivo al Real Madrid en el primer asalto de la final de la Liga Endesa (97-88), que se decidió en la segunda parte gracias a la mejoría defensiva y la anotación coral de los azulgranas, con siete jugadores en dobles dígitos. Tras sufrir a Walter Tavares en la primera parte (12 puntos, 3 en la segunda), el cuadro catalán subió el listón físico y exhibió la convicción necesaria para aguantar el arreón final del cuadro blanco, comandado por los incombustibles Sergio Llull (14) y Sergio Rodríguez (16).
La primera incógnita de la noche, el recibimiento del Palau Blaugrana a Mirotic, que en la víspera confirmó en una entrevista que el club le había comunicado que no seguirá el próximo curso, se saldó con una ovación cerrada durante la presentación que el ala-pívot agradeció devolviendo los aplausos. Ajeno al espectáculo, el Real Madrid explotó la conexión de Williams-Goss y Tavares en el bloqueo directo para abrir la primera brecha en el marcador (4-12, min.4). Con el cambio a Sanli y Da Silva como dúo interior, el Barça ganó solidez y cogió la confianza necesaria para carburar en ataque.
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La ofensiva culé atacó con acierto allá dónde no llegaba la influencia de Tavares: tiros cómodos de media distancia y tres triples de Sanli, que puso en pie al Palau al final del primer cuarto (28-23). La entrada de Sergio Rodríguez reactivó el ataque del Real Madrid, que supo detectar las fisura en la zona barcelonista. Un triple de Rudy Fernández (37-33, min.14) forzó el tiempo muerto de Jasikevicius, que tampoco surgió efecto, pues la zona blanca cortó el ritmo de un Barça desordenado sin Satoransky, sentado con tres faltas.
El partido había cambiado. Del eléctrico intercambio de golpes inicial al tempo impuesto por el Chacho, que alimentó a Tavares y de paso la remontada blanca, culminada con dos triples de Llull y Yabusele, y un tiro de Hezonja sobre la bocina del descanso (47-50). Sanli (12) y Tavares (13), los máximos anotadores al receso.
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Reacción azulgrana
Tras el paso por vestuarios, el cuadro catalán subió el listón físico y las defensas tomaron el control en una fase de máxima entrega física y escasa anotación (54-54, min.26). La igualdad se mantuvo hasta el final del tercer asalto, con mínimas ventajas para el Barça (63-61), dejando abierto el desenlace.
Pese a los destellos de Hezonja, el Real Madrid estaba incómodo sobre la pista. Chus Mateo llamó al orden y convocó a la vieja guardia, que acudió al rescate con un parcial de 0-6 después de que Abrines estirara la ventaja a diez puntos (74-64, min.33).
La veteranía blanca no frenó al Barça, que replicó con entrega y encontró oxígeno en ataque con Satoransky (80-70, min.37). Pero el Madrid no había dicho la última palabra. Liderados por Llull, los blancos se acercaron a cinco puntos, pero el cuadro catalán resistió gracias a la anotación de Mirotic, Laprovittola y Sanli para apuntarse el primer punto de la final.
Una información de EFE
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