La internacionalización de las empresas es el gran hito económico de la democracia

La apuesta del tejido empresarial español por la innovación ha mejorado su productividad y su competitividad en los últimos 47 años

Trabajadores de la fábrica de SEAT montan un coche en Martorell, cerca de Barcelona, España, 5 de diciembre, 2014. REUTERS/Gustau Nacarino

Desde que en 1975 se instauró la democracia, el tejido empresarial español ha cambiado de forma radical, sobre todo en algunos sectores como el de servicios, que ha ganado peso específico en nuestra economía al mismo tiempo que el agrícola perdía relevancia.

En general, los sectores productivos españoles han mostrado en los últimos 47 años una “óptima adaptación” a las distintas circunstancias por las que ha atravesado el país, como su incorporación a la Unión Europea, la crisis financiera de 2008 o la pandemia, sobre todo “en términos de innovación e internacionalización”. Esta es una de las conclusiones del estudio ‘+45 años de evolución de los principales sectores de la economía española (1975-2022)’, elaborado por la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas de España.

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El informe señala que entre 1980 y 2018 el sector que presentó el mayor incremento en valor añadido bruto, un 161,29%, fue el financiero, que duplicó al segundo sector con mayor incremento en este intervalo, el de la industria de automoción, con un 77,23%. En la parte opuesta se colocaron la agricultura y la industria alimentaria, que disminuyeron su participación relativa cerca de un 42% y un 39%, respectivamente.

Estos cambios han afectado a la tasa de empleo de los distintos sectores. Así, entre 1995 y 2020, en los que más se incrementó el número de trabajadores fueron en servicios, con un 99,48%, en el de energía, con un 82%, y en el turístico, con un 69%. Mientras que en la industria de la automoción fue donde más cayó, un 48%, mientras que en agricultura la mano de obra se redujo un 27%.

Un agricultor labra con tractor la tierra en La Rioja. (EFE/Raquel Manzanares)

Un tejido empresarial “resiliente”

Respecto a los sectores que más crecieron en número de empresas, destaca el de servicios, con casi 415.000 compañías más en 2021 que en 1999. Mientras que el industrial, el comercio y el transporte no incrementaron las sociedades.

A juicio de José Luis Bonet, presidente de la Cámara de España, “la clave del progreso de nuestro país en este periodo ha sido la estabilidad institucional basada en el consenso sobre el que se construyó la transición. A partir del acuerdo y la altura de miras, el conjunto de los españoles hemos participado en la historia de éxito que es España.”

De la misma opinión es el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, para quien, en términos generales, los principales sectores de nuestra economía han sabido adaptarse en estos 47 años a las tesituras que se han ido dando. Considera que “si tuviéramos que definir nuestro tejido empresarial con una única palabra, esta sería sin duda resiliencia”.

Internacionalización, el gran cambio

En la metamorfosis que ha experimentado el tejido empresarial español durante la democracia, un papel relevante lo ha tenido la exportación, que ha crecido en todos los sectores, en gran parte impulsada desde 1986 por la entrada del país en la Unión Europea.

Uno de los sectores en que más creció el número de trabajadores entre 1995 y 2020 fue el turístico, un 60%. REUTERS/Isabel Infantes

Las exportaciones han aumentado hasta alcanzar el 41% del PIB a cierre de 2022, sobre todo en sectores como el de ‘resto de ramas industriales’, que, en el intervalo de 1995 a 2020, fue el que más exportó, por delante de la industria de la automoción. Otro que logró saltar con éxito las fronteras fue el de la industria agroalimentaria, que duplicó el volumen facturado de exportaciones entre 2009 y 2019.

En opinión de Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España, las empresas españolas en su conjunto “han conseguido una mayor internacionalización, innovación y capacitación de los trabajadores a lo largo de este periodo, lo que ha supuesto un gran reto para todos y cada uno los sectores y, en paralelo, ha favorecido la productividad empresarial y agregada”.

Los efectos de la pandemia

Uno de los retos más difíciles a los que se ha enfrentado el tejido empresarial español en este periodo es a las consecuencias derivadas de la pandemia. Así, a cierre de 2022, el sector primario agregado -agricultura, ganadería, silvicultura y pesca- fue el único que incrementó su PIB sectorial respecto a 2019. Mientras que, a cierre del tercer trimestre de 2022, el sector industrial y el de servicios no habían recuperado aún los niveles de PIB previos a la pandemia.

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En términos de empleo destacan los cambios relativos a la caída de puestos de trabajo en el sector de la agricultura durante ese periodo, un 14% menos en 2022 respecto a 2019, y en la construcción, con descensos del 12,24%.

En ese contexto, Salvador Marín, director del Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas, destaca la modernización de nuestro tejido empresarial y cómo los distintos sectores han sabido transformarse y adaptarse a los acontecimientos a lo largo de este periodo.

Argumenta que “en la mayoría de los casos, en momentos de crisis, las ramas de actividad se han visto perjudicadas, pero después han sabido adaptarse y revertir esas tendencias”. Incide en “la indiscutible mejora de la internacionalización de todos los sectores analizados y su esfuerzo en innovación para hacerlos competitivos dentro de un panorama de globalización”.

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