¿Cuál es el mejor mes para alquilar? La caída de la oferta acaba con la estacionalidad del mercado

Los inquilinos aprovechan la vuelta de vacaciones para buscar piso. Los precios se disparan en los municipios más tensionados

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Fachada de un edificio de
Fachada de un edificio de viviendas en Barcelona (David Zorrakino/Europa Press)

Encontrar piso en una gran ciudad se vuelve cada vez más engorroso. Cuando los precios son asequibles falla el estado de la vivienda, y cuando el apartamento está en condiciones, patina alguno de los requisitos que exigen los caseros. Los propietarios sólo tienen ojos para la solvencia económica: cuanto más, mejor. Como consecuencia, la desigualdad de oportunidades aumenta y las rentas bajas tienen que superar una asfixiante carrera de obstáculos para conseguir las llaves de cualquier apartamento.

Llega el verano y son muchas las personas que se ven envueltas en la misma odisea: buscar piso. Estudiantes, parejas o funcionarios que se cambian de destino. No importa. Lo cierto es que las vacaciones marcan el paso en un mercado en el que la oferta es cada vez más apretada. “La gente asocia la vuelta a la rutina con el comienzo de nuevos proyectos”, explica Ferrán Font, portavoz y director de estudios de Pisos.com.

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“Los meses de mayor actividad son septiembre y enero, es decir, después del verano y tras la Navidad”, confirman fuentes de Idealista, que achacan la tendencia a los “cambios vitales” de la población. Las agencias inmobiliarias apuntan al curso natural de las relaciones como una de las causas del croquis. “Muchas parejas deciden irse a vivir juntas, por lo que buscan una nueva vivienda. Otras se separan, así que uno de los dos miembros se tiene que mudar. Son decisiones que, a menudo, se toman cuando termina el año”, argumentan.

Desde hace un tiempo, sin embargo, la fórmula no siempre cuadra. “El desequilibrio que existe entre la oferta y la demanda hace que la estacionalidad se disperse. Hoy en día, los propietarios pueden alquilar un piso de forma rápida en casi cualquier mes del año”, asegura Font. El portavoz de Pisos.com sólo tacha una página en el calendario: la de agosto. Los precios, por su parte, se mantienen altos y estables. “La situación es complicada”, apunta Isabel, que vive como inquilina en un estudio de Madrid.

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Poca oferta, mucha demanda

El stock de vivienda de alquiler ha caído un 27% en el segundo semestre de 2022, según datos del XXXVI Informe sobre el Mercado de la Vivienda, elaborado por Tecnocasa y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. La demanda no para de crecer, pero cada vez son menos los inmuebles disponibles. Los precios, por lo tanto, se disparan. “Las rentas dependen de la evolución del mercado más que de la época del año. El nivel de tensión de los municipios es determinante”, justifica Font.

No hay una época del año en la que alquilar piso resulte más barato. Los importes se mantienen constantes a lo largo de la temporada, sin grandes altibajos, pero al alza. Los propietarios, habida cuenta de ello, aprovechan la falta de vivienda para jugar con los inmuebles a su antojo: el arrendamiento es factible en cualquier momento y pueden imponer sin tapujos las condiciones. Lo único que sigue un patrón cíclico son las búsquedas, que consuman su cenit en enero y septiembre.

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Los estudiantes, mejor antes del verano

Los universitarios son otra de las grandes incógnitas en esta ecuación. La mayoría prefiere irse de vacaciones con las llaves en el bolsillo, pero algunos no tienen otra opción que buscar techo tras el descanso estival. “Lo recomendable es acabar el curso con los deberes hechos, sin retrasar la búsqueda de piso de forma innecesaria”, sostiene Ferrán Font, portavoz de Pisos.com. Isabel, estudiante gallega afincada en Madrid, valora la tranquilidad de “dejarlo todo atado” en junio, aunque no pasa por alto las desventajas: “Los contratos son anuales, así que te ves obligado a pagar todo el verano, pero mejor eso que volver en septiembre y tener que pelearte con el mercado inmobiliario”.

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