Jennifer Lawrence vuelve para hacer lo que le da la gana: de ‘Los juegos del hambre’ a la comedia romántica

La actriz regresa con fuerza con una batería de proyectos después de unos años de parón y, ahora, en un giro inesperado de los acontecimientos, protagoniza una comedia romántica, algo que quizás hubiera correspondido a sus inicios y que le ha venido bien para seguir desengrasando y abordando otros géneros

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Jennifer Lawrence en 'Sin malos rollos' (Sony Pictures)
Jennifer Lawrence en 'Sin malos rollos' (Sony Pictures)

Siempre se ha caracterizado por su espontaneidad, por caerse en las ceremonias de los Oscar, por sus muecas y sus photobombs. Jennifer Lawrence se ha ganado el cariño del público porque pocas estrellas de Hollywood son capaces de generar tantas dosis de salseo con su sola presencia, de expresarse con naturalidad en las entrevistas, de no tener miedo al ridículo en sus apariciones públicas y, al menos, no dar la sensación de que la fama se le ha subido demasiado a la cabeza.

Del cine independiente a X-Men y Los juegos del hambre

Era una absoluta desconocida cuando protagonizó Winter’s Bone, de la autora independiente Debra Granik. En ella interpretaba a una joven que soñaba con alistarse en el ejército como única vía de escape para dejar atrás una vida miserable en la salvaje e inhóspita región de los Orzaks. Mientras los adultos se consumían por las drogas, ella tenía que hacerse cargo de sus hermanos y de su madre incapacitada. La película era un auténtico viaje a las profundidades más brutales de la América Profunda y de alguna manera, ella la sostenía por completo. Despellejaba animales, cortaba leña, se enfrentaba a todos con tal de proteger a los suyos. Un auténtico descubrimiento. ¿El resultado? Su primera nominación a los Oscar con 21 años que compartió con estrellas del calibre de Nicole Kidman, Annette Bening, Michelle Williams y Natalie Portman, que terminó ganando gracias a su interpretación en Cisne negro.

Jennifer Lawrence en 'Winter's bone'
Jennifer Lawrence en 'Winter's bone'

Jennifer Lawrence logró hacerse un hueco en Hollywood gracias a una película de autor de la escena alternativa (antes había participado junto a Charlize Theron en Lejos de la tierra quemada, de Guillermo Arriaga) y enseguida comenzaron a lloverle las ofertas para protagonizar blockbusters, el primero de ellos X-Men, donde se metería en la piel de Raven (Mística), la mutante cambiaformas azul que ya había interpretado Rebecca Romijn y al que ella le otorgó una nueva dimensión gracias a un mayor desarrollo de su papel.

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Poco después, se convertiría en heroína millennial al encarnar a Katniss Evergreen en Los juegos del hambre. Estas dos franquicias la convirtieron en la actriz mejor pagada durante varios años, pero además compaginó esta proyección con la fructífera relación profesional que estableció con el director David O. Russell, convirtiéndose su musa en El lado bueno de las cosas, por la que consiguió un Oscar, La gran estafa americana y Joy.

Un tiempo de descanso antes de nuevos proyectos

En total, participó en cuatro películas de X-Men, en cuatro de Los juegos del hambre y fue dos veces más candidata a los Oscar por las películas de O. Russell. Había sido una carrera meteórica, pero después de la inclasificable Mother! de Darren Aranofsky, junto a Javier Bardem, y la película de espías Gorrión rojo, la actriz decidió tomarse un descanso. En ese momento declaró que estaba harta incluso de ella misma y que necesitaba parar. Coincidió también con el nacimiento de su primer hijo junto a Cooke Maroney, director de una galería de arte en Nueva York.

Jennifer Lawrence en 'Caseway' (Apple TV)
Jennifer Lawrence en 'Caseway' (Apple TV)

Así que decidió tomarse las cosas con más calma, y elegir proyectos más pequeños o de perfil más bajo, como sucedió con la película Caseway, un original de Apple TV en la que tenía un rol secundario y ahora, en un giro inesperado de los acontecimientos, protagoniza una comedia romántica, algo que quizás hubiera correspondido a sus inicios y que le ha venido bien para seguir desengrasando y abordando otros géneros y registros.

Su título es Sin malos rollos, está dirigida por Gene Stupnitsky, responsable de películas con un punto gamberro como Bad Teacher o Chicos buenos y que había pertenecido a la factoría de The Office y en ella tendrá la misión de espabilar a un joven de 19, es decir, de seducirlo después de leer un anuncio de trabajo que habían puesto sus padres.

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En cualquier caso, Jennifer Lawrence ha vuelto. Tiene pendiente un buen número de proyectos, entre ellos un remake de Al este del Edén, y también sendas película con directores italianos, con Paolo Sorrentino y Luca Guadagnino, así como con Lynne Ramsay, que adaptaría la novela de la argentina Ariana Harwicz, Matáme amor.

¿Estaría Jennifer Lawrence de nuevo en ‘Los juegos del hambre’?

Parece como si la actriz quisiera recuperar el prestigio de la industria a base de participar en los proyectos de potentes autores, pero también reconoce que está abierta a regresar a la saga de Los juegos del hambre, de la que está pendiente de estreno la precuela Los juegos del hambre: balada de pájaros cantores y serpientes, que se desarrollarían décadas antes de la aparición de su personaje de Katniss en escena. “Si alguna vez Katniss pudiera volver a mi vida, lo quiero 100 por 100″, declaró recientemente.

Eso no quiere decir que este personaje se haya convertido en uno de los más exigentes que ha hecho en toda su carrera a nivel físico y emocional, ya que incluso estuvo a punto de quedarse sorda. Durante el rodaje de En llamas, sufrió un accidente que le hizo perder la audición de forma temporal después de que un chorro de agua que simulaba un tornado le entrara en el tímpano y le provocara una grave lesión. Durante casi tres semanas no escuchaba nada, tuvo una infección y los médicos temieron por su recuperación. Afortunadamente, todo se quedó en un susto.

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