No hubo manera de que España se quitase de encima los sudores fríos en su estreno en el Eurobasket femenino. Quién lo hubiera dicho en los primeros compases del debut, cuando todo parecía apuntar que tocaba jornada plácida a poco que se defendiese bien. Nada más lejos de la realidad: el bloqueo tras llegar a mandar por 9 en el arranque fue de tal magnitud que costó el partido (67-63). Mientras Letonia crecía y crecía, las chicas de Miguel Méndez se diluían sin remedio, incapaces de encontrar una fluidez capital para progresar en todo gran campeonato que se precie. Algo que brilló por su ausencia a ambos lados de la cancha.
Las letonas asaltaron el electrónico al final de los 10 primeros minutos y ya no perdieron la iniciativa. Gulbe, Laksa y Steinberga amargaron la tarde a las españolas, carentes de un liderazgo prolongado en el tiempo. Se jugó a rachas: Alba Torrens, Laura Gil y Raquel Carrera aparecían y desaparecían sin continuidad. Méndez hablaba de “blandura” en uno de sus tiempos muertos, y tenía razón: la garra que ha marcado los mejores momentos de este equipo no aparecía de ninguna manera.
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El ritmo fue completamente letón, quedando claro que a un partido no hay favoritismos que valgan: se llegó a ir perdiendo hasta por 14. Llovió menos en la segunda mitad, pero no lo suficiente. Cada vez que España amagaba con un acercamiento, Letonia imponía su ley sin grandes alardes. Poco importó que los triples escasearan. Cuando de repartir las imprecisiones se trataba, la flecha siempre señalaba a las de rojo.
Reacción insuficiente y tardía
Bajar de la barrera de los 10 puntos de diferencia no sirvió de nada, porque las manos que temblaron a la hora de la verdad fueron las del equipo teóricamente grande. No hubo nada que hacer contra el orden letón. Quien intentó tumbarlo con mayor fuerza fue Gil, la que más quiso sacar la cabeza en el mar de dudas que fue España. Tanto fue así que colocó a la selección a 3 puntos a falta de poco más de minuto y medio. Pero la reacción murió en la orilla y un triple de Laksa a 43 segundos le puso el cascabel a un partido en el que todo lo que podía salir mal lo hizo: a las españolas les faltaron unos minutos para reconectarse.
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No habrá tiempo para lamentarse demasiado del inesperado y puede que hasta inapropiado tropiezo, para igualar el estreno con curvas del anterior Europeo: Montenegro espera este viernes después de superar a Grecia y el triunfo será de vital necesidad para continuar en el torneo.
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