La alta velocidad española aterriza en Francia. Renfe llegará “en los próximos días” al país vecino con unos precios de lo más competitivo. La compañía pública lanzará billetes de AVE por nueve euros con el objetivo de posicionarse en el mercado galo, donde tendrá que competir con la empresa nacional SNCF, que en España opera a través de Ouigo. La firma comenzará a cubrir las rutas Madrid-Marsella y Barcelona-Lyon, con títulos desde 29 y 19 euros respectivamente.
El presidente de Renfe, Raül Blanco, ha participado este miércoles en el foro organizado por el 45 aniversario del diario económico Cinco Días. En el acto, ha anunciado las principales novedades de la política de precios que adoptará en territorio francés. “Es un proyecto muy competitivo, a largo plazo. La idea es aprovechar todas las oportunidades, no sólo la conexión con París, sino todo el tráfico transversal desde el norte de España”, ha explicado el alto cargo.
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Además de los trayectos internacionales, Renfe también conectará las principales ciudades del sur de Francia: Montpellier, Narbonne, Lyon y Marsella. La empresa trabaja “a contrarreloj” para poner en marcha la venta de billetes lo antes posible. Según palabras de su presidente, la firma anunciará “en pocas semanas” la fecha concreta de salida, ya que sólo faltan los últimos detalles técnicos.
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Blanco ha defendido que la liberalización es el principal desafío al que actualmente se enfrenta la compañía. “Está siendo bueno para la economía y para los usuarios, pero para Renfe supone un gran reto”, sostiene el presidente del operador ferroviario. Con este movimiento, la empresa quiere ganar cuota de mercado fuera de España. En estos términos, la sociedad ha puesto en marcha la filial Renfe Proyectos Internacionales, que trabaja en distintas iniciativas en el centro y este de Europa y también en Arabia.
Limitación de los vuelos nacionales
La llegada de Renfe a Francia se produce tan sólo un mes después de que el Gobierno de Macron decidiese limitar los vuelos nacionales con el objetivo de impulsar el uso del tren y contribuir a la reducción de emisiones. La nueva norma prohíbe los viajes aéreos siempre y cuando los mismos trayectos se puedan realizar en ferrocarril en menos de dos horas y media. Esta medida afecta principalmente a las rutas París-Nantes y Lyon-Burdeos.
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Raül Blanco ha defendido la intermodalidad entre ambos medios de transporte y cree que “nutriendo más rutas, se pueden complementar sin llegar a conflicto”. El presidente de Renfe ha citado algunas alianzas de este tipo, como las que recientemente firmó el operador ferroviario con Iberia o Costa Cruceros, que contemplan el aumento de las conexiones regionales con los viajes al extrnjero tanto por mar como por aire.
Desigualdad de oportunidades en España
La expansión de Renfe, que accede con este movimiento al mercado francés, choca de lleno con las fuertes desigualdades territoriales que todavía encarna la alta velocidad en España. Tres operadores se reparten las rutas a lo largo y ancho del país: Ouigo, Iryo y Renfe. La llegada de las compañías extranjeras supuso un avance en términos de liberalización, pero sólo ha servido para ampliar la oferta en aquellas conexiones con mayor número de enlaces. El ancho de vía, que no está homologado en el eje cantábrico, se reafirma como la principal barrera de entrada. La única opción para desplazarse en tren por muchas regiones sigue siendo la firma pública, que mantiene el monopolio y dispara cada vez más los precios ante el vacío que deja la competencia.
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