Con más de nueve meses de retraso y con un adelanto electoral que reducía enormemente el margen de maniobra, el Consejo de Ministros ha aprobado la reforma del mercado regulado de la luz, también conocido como PVPC (Precio Voluntario del Pequeño Consumidor). El principal cambio es que, a partir de 2024, la factura no dependerá únicamente del precio marcado en el pool -mercado eléctrico- diario, sino que parte de este recibo se ligará a los futuros.
El mercado regulado ha sido tradicionalmente más barato que las tarifas ofrecidas en el mercado libre, pero los problemas en las cadenas de suministro tras la pandemia y la invasión rusa de Ucrania cambiaron las tornas, elevando el precio intradía hasta su máximo histórico de 500 euros/MWh. Ante este statu quo, el Gobierno, en el marco de las negociaciones para el desarrollo del tope al gas, se comprometió con Bruselas a tener lista esta modificación del PVPC en octubre de 2022.
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Lo cierto es que, nueve meses después, el Ejecutivo ha dado luz verde a esta reforma, que tiene como principal objetivo estabilizar el precio de los recibos. Como la factura del mercado regulado es altamente dependiente del gas -con el que se genera parte de la electricidad-, factores externos como un conflicto o la reducción de la producción de energías renovables, empuja al alza el precio que pagan estos consumidores. Así, el ministerio encabezado por Teresa Ribera ha ideado un sistema mixto: una parte de la factura estará determinada por el precio diario y otra por el mercado de futuros.
¿Cómo calcular el precio tras la reforma?
A partir del 1 de enero de 2024, el 25% del precio que pagan los casi nueve millones de españoles estará determinado por el mercado de futuros -tradicionalmente menos volátil-, lo que permitirá eliminar los picos de precios que se producen cuando la generación renovable es muy escasa y deja sin cubrir gran parte de la demanda eléctrica. Este porcentaje irá incrementándose progresivamente y pasará a ser al 40% en 2025 y al 55% en 2026. De esta forma, a partir de ese año y en adelante, más de la mitad del recibo estará determinado por el mercado de futuros.
¿La factura será más barata?
Lo cierto es que esta reforma busca dotar al sistema de una mayor estabilidad, pero no necesariamente abaratarlo. “Lo que vamos a tener seguro es una tarifa mucho más estable, menos sujeta a los riesgos de una gran volatilidad”, afirma Ribera, que, no obstante, admite que esto podría derivar en un “pequeño incremento en el coste promedio” y, “puntualmente”, en “reducciones con respecto al coste promedio”. A pesar de ello, la tarifa regulada lleva varios meses volviendo a sus precios habituales, lo que da un respiro a todos aquellos que vieron como sus facturas llegaban a duplicarse.
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Tras la reforma, ¿mercado libre o regulado?
Cuando el PVPC comenzó a dispararse, muchos consumidores ‘huyeron’ al mercado libre que ofrecía tarifas más estables y, en muchos casos, más baratas. Sin embargo, tras la normalización de los precios hay que tener en cuenta varios factores:
- Adaptar el consumo: A la hora de decidir entre PVPC o mercado libre los usuarios deberán tener en cuenta dos aspectos clave. El primero es que en el mercado regulado se debe adaptar el consumo a las franjas horarias de la luz. En caso de no poder consumir en las horas valle se recomienda una tarifa estable, como las que ofrece el mercado libre.
- Acceso al bono social: solo se puede acceder si el consumidor está en el mercado regulado. Si se cumplen los requisitos establecidos se puede obtener un descuento en la factura difícilmente superable con una tarifa del mercado libre.
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