Los creadores de ‘Rapa’ desvelan las claves de la segunda temporada de la exitosa serie de Movistar+

Pepe Coira y Fran Araújo analizan la dinámica entre los personajes que interpretan Javier Cámara y Mónica López y presentan nuevas tramas con las que han “tomado riesgos”

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Javier Cámara (Tomás) y Mónica López (Maite) en una imagen de la segunda temporada de 'Rapa'
Javier Cámara (Tomás) y Mónica López (Maite) en una imagen de la segunda temporada de 'Rapa'

En una coyuntura en la que el gremio audiovisual se mide por volumen de estrenos y no tanto por la calidad de éstos, Rapa se erige como un formato que, no sólo se aleja de lo común, sino que ha conectado de forma orgánica con el espectador. La serie creada por Pepe Coira y Fran Araújo (que ya dieron el pelotazo en Movistar+ con Hierro) se convirtió en uno de los mejores estrenos de ficción de la plataforma.

La historia de Maite y Tomás, llevada a la pantalla con las interpretaciones de Mónica López y Javier Cámara, regresa con nuevos episodios que pondrán a prueba la química y la estrecha relación de amistad y cariño que atesoran. Todo ello unido a un entremado criminal, de puro thriller y tensión, en el que sus protagonistas se enfrentarán a nuevos casos y diversos dilemas morales.

“Nos parecía muy estimulante continuar con Maite y con Tomás, no se trataba de exprimir la relación de ambos”, relata Coira a Infobae España. El creador de la serie considera que su segunda temporada no nace como un deber de replicar el éxito de la primera, sino de una necesidad y un deseo personal de seguir insuflando vida a dicha historia. “Tomamos riesgos al hacerla y cuando funciona piensas ‘que alegría, no la hemos cagado’”, añade Araújo. “Sentíamos que teníamos un universo por explorar y unos personajes que todavía tenían un viaje” que recorrer.

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Tráiler oficial de la segunda temporada de 'Rapa'

Crimen por partida doble

Para los creadores de Rapa, la clave para encontrar un buen producto audiovisual es “hacer lo que a tí te gustaría ver”. Pese a la competitividad del mercado, “no se nos ocurre pensar en la serie en esos términos”, afirma Coira, sino en “limitarnos a hacer las cosas lo mejor que nos salgan”.

La sinopsis de la serie, trasladada a la Galicia natal de ambos, gira en torno al binomio de investigación de los personajes de López y Cámara: ella, Guardia Civil, él, profesor de instituto con una clara desmotivación vital. Un asesinato une sus particulares rutinas y les convierte en compañeros, en buddies de misterios. Scooby-Doo y Shaggy, pero en el paraje de los percebes.

En esta segunda temporada, ambos volverán a las andadas, aunque con casos diversos que pondrán su relación a prueba. Pero, ¿cómo explotar una narrativa de éxito para replicar la respuesta favorable del espectador? Pepe Coira y Fran Araújo decidieron ampliar la trama a través de dos situaciones potentes a explotar -y explorar- en la ficción. Una era la armada, el Arsenal, “un espacio, una cultura y un mundo muy particular en Ferrol del que no teníamos ni puta idea”, afirma Coira. El otro, el de la prescripción de un crimen. Indagar sobre “qué ocurre cuando un delito se ha cometido tiempo atrás y no ha sido castigado”.

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Javier Cámara y Mónica López, Tomás y Maite en 'Rapa'.
Javier Cámara y Mónica López, Tomás y Maite en 'Rapa'.

Poder autóctono

El thriller gallego consigue conectar con lo local y con un público saturado de las ciudades “sobrerrepresentadas” en la ficción. Las grandes urbes, “con las mismas tiendas y las mismas grandes empresas”, terminan perdiendo el poder de sorprender, así lo expresa Araújo a este medio. Rapa, sin embargo, pone el foco en “un tono y un olor que le aporte a la historia cosas por las que todos sentimos curiosidad”, indica Coira. Para los creadores de la ficción que protagonizan López y Cámara, “o el thriller es naturalista o que ocurra en cualquier sitio y de cualquier manera le resta muchísimo” a la historia.

Tanto Coira como Araújo resaltan el poder de no “buscar cosas llamativas para vender”, sino el deseo de “conectar” con el público contando relatos y explotando espacios que a ellos mismos les resulten interesantes. “Hay un miedo de ser comido por lo siguiente que venga, esa es la cosa de la novedad”, afirma Coira, pero se reserva un ápice de optimismo: “Las cosas se quedan y se mantienen, el otro día me enseñaban un tuit de alguien que había descubierto Rapa hace unas semanas... eso está muy bien”.

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