La mudanza de Froilán a Abu Dabi ha sido una de las mejores decisiones que el joven ha tomado en su vida. Si bien es cierto que fue su madre, la infanta Elena, quien le animó a ello cansada de que protagonizara de manera constante titulares, con el paso de los meses la conclusión es que el sobrino de Felipe VI ha sabido sacarle un gran partido.
Trabaja para ADNOC (Abu Dhabi National Oil Company), la petrolera nacional, lo que no solo le augura un buen puesto, también unas condiciones de vida envidiables debido al alto nivel de vida del país. Según se conoció gracias al programa Focus, de Cuatro, el joven tiene un horario normal y “no tiene privilegios” pese a que su abuelo, el rey Juan Carlos, también reside en el país y fue él quien medió para lograr el trabajo.
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La empresa se encuentra a tan solo diez minutos en coche de su apartamento, en uno de los edificios más imponentes de Abu Dabi, pues desde él se pueden contemplar el mar y los rascacielos de la ciudad. Aunque esta es su primera experiencia tras estudiar Business en el CIS, The College for International Studies, un centro privado de Madrid, tiene un buen puesto.
En cuanto a su puesto, todavía no se ha confirmado cuál es, pero sí se conoce que actualmente está en el departamento de relaciones públicas y totalmente centrado en su trabajo. Según se ha conocido, Froilán se encuentra ante el gran reto de su vida, pues forma parte del equipo que está trabajando en la organización de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas de 2023 (COP28), que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái.
Por este trabajo cobraría un sueldo que ronda los 6.000 euros mensuales, un salario que quintuplica el sueldo mínimo interprofesional de España pero que en el país árabe no es tan desorbitado, pues el sueldo neto medio anual es de 3.500 euros.
Froilán vive en un apartamento situado en un rascacielos y tan cerca de su oficina que si no fuera por las altas temperaturas podría ir andando a trabajar. Se sabe que está frente al paseo marítimo de Abu Dabi, que destaca por sus más de siete kilómetro de playa, y en una de la zona de moda de la capital, llena de hoteles, restaurantes, bares y centro comerciales. Tal y como hizo saber su madre, su apartamento en uno de los rascacielos de la capital “se lo paga él con su sueldo” y no la empresa o su abuelo, como se había asegurado.
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Según La Razón, lo único que echaría de menos es a sus amigos, aunque es cierto que ha formado un estrecho círculo social con sus compañeros de trabajo. Fuera de él, su gran apoyo sería su abuelo, a quien visita con frecuencia y con quien tiene una gran relación.
Juan Carlos I reside en la isla de Nurai -a la que se puede llegar en poco más de 15 minutos en lancha desde el continente-, en una mansión de 1.700 metros cuadrados y valorada en 11 millones de euros. Tiene dos plantas, seis dormitorios, varios baños y salones, jardín, piscina y vistas al mar.
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