La extrema derecha escala puestos en las instituciones. Las elecciones municipales y autonómicas del 28-M se saldaron con la victoria del Partido Popular, aunque en muchas comunidades los de Feijóo dependen del sí de Vox para hacerse con el poder. Una de estas regiones es la Comunidad Valenciana, donde el candidato de la formación ultra a la vicepresidencia, Carlos Flores, tiene una condena por violencia machista. Borja Sémper, portavoz de campaña del PP, aseguraba este lunes que “una persona acusada de maltrato no debería dedicarse a la política”, trazando así la primera línea roja con los de Santiago Abascal. Dicho y hecho: pocas horas después, los populares y Vox anunciaban un acuerdo de gobierno en el que no figura su nombre.
El partido de extrema derecha recogió cable y apartó a Flores de las negociaciones, aunque sólo por unos minutos. Vox no tardó en buscarle un nuevo destino: el Congreso de los Diputados. El candidado, que pasó un año en prisión, será el cabeza de lista de la formación para los comicios del 23-J en la provincia de Valencia. Esto significa que, si los números no fallan, las Cortes tendrán sentado en su bancada a un agresor durante la próxima legislatura.
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Tres horas ha durado la reunión entre el equipo de Carlos Mazón, candidato del PP, y los representantes de Vox. Tres horas que pasarán a la historia porque han servido para firmar el primer pacto a nivel autonómico entre las dos formaciones. La extrema derecha ha compartido a través de su perfil de Twitter los que, para ellos, son los “ejes centrales” del acuerdo. Un total de 13 líneas en las que se enuncian, aunque sin demasiada concreción, los puntos base de la coalición. Ninguna mujer ha participado en las negociaciones.
Los cinco puntos del acuerdo entre PP y Vox
“Quiero agradecer la generosidad, la puesta en común de lo que nos une, de lo que nos va a hacer crecer y mejorar”, ha explicado Carlos Mazón, que no ha ocultado la buena sintonía entre su partido y la extrema derecha. Preguntado por el reparto de consejerías en el Ejecutivo autonómico, Mazón ha respondido con cierto soslayo: “No estamos hablando de sillones, sino del programa de gobierno”.
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Vox asegura que el pacto firmado es el principio del “cambio” en la Comunidad Valenciana. Los cinco pilares en los que se basa el acuerdo son, cuando menos, bastante abstractos. La libertad, la natalidad y la defensa de las señas de identidad son tres de las patas del texto. La extrema derecha resume su propuesta económica en una línea: “Desarrollo económico, para reducir gasto innecesario”. El PP y Vox se atribuyen la protección de la “sanidad pública” y la recuperación de los rasgos identitarios, dos medidas que chocan con su discurso neoliberal y conservador: los dos partidos se han mostrado favorables a la privatización de servicios y en contra de, por ejemplo, el uso del valenciano.
El documento hace hincapié en la “promoción de las familias” y el fomento de la natalidad. Cabe recordar que Vox abandera un modelo tradicional de familia, con padre, madre e hijos. En su programa de gobierno, el partido también se comprometía a cerrar la televisión autonómica À punt y eliminar el requisito lingüístico para acceder a las plazas de profesorado o a la administración pública. Carlos Mazón, candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, ha asegurado que el líder nacional de la formación, Alberto Núñez Feijóo, le ha trasladado su felicitación por haber alcanzado “un principio de acuerdo” y reconoce estar “muy satisfecho” con el resultado de las negociaciones.
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