Quedan menos de seis semanas para las elecciones generales del próximo 23 de julio. Ante el shock del adelanto electoral cuando el PSOE aún no había asimilado la debacle del pasado 28 de mayo, y esa importante pérdida de poder institucional, hace justo dos semanas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, adoptó un mensaje combativo para encarar esta cita con las urnas.
En los días posteriores, Sánchez desarrolló la visión de los comicios generales como una verdadera contienda y entró en el cuerpo a cuerpo, lejos del tono propositivo adoptado en la campaña de las autonómicas y municipales. El PSOE viró sus calificativos para referirse al PP, al igualar a los de Alberto Núñez Feijóo con Vox y vincularlos al “trumpismo”.
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Lo cierto es que 28-M pintó un escenario de pactos, que obligaba al PP a alcanzar acuerdos con la ultraderecha, tanto a nivel municipal como a nivel regional. Si bien, 15 días después, los populares han diluido estas negociaciones, posponiendo o alejando del foco las relacionadas con los gobiernos autonómicos. En el caso de los ayuntamientos, cuya conformación está prevista para este 17 de junio, los acuerdos entre PP y Vox se sellan a cuentagotas, sin acaparar la actualidad política como los socialistas esperaban.
Ahora, a diferencia del discurso mantenido en los primeros días de precampaña, apelando a las emociones para levantar los ánimos y propulsar al partido ante un “pronóstico adverso”, Ferraz opta de nuevo por volver a vender la gestión. “Uno de los fenómenos que hemos vivido en los últimos años es la dificultad de comunicar la gestión del Gobierno en un entorno de crispación y de ruido que nada beneficia a la convivencia democrática”, expuso este lunes desde la sede de Ferraz la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
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Pese a comparecer en la sede del partido y formar parte del grupo de coordinadores del programa electoral, la también ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital no milita en el PSOE y rechazó formar parte de las listas, pero Sánchez se ancla a su figura para enarbolar la bandera de los logros económicos.
El PSOE insiste en el cara a cara con el PP
Y es que, el secretario general del PSOE pidió en el Comité Federal hacer una campaña por la “mejor España”, poniendo en valor las transformaciones realizadas en circunstancias “difíciles”, tal como desvelan fuentes de Ferraz. Ya en el discurso en abierto, el líder del Gobierno contrapuso su modelo con el del PP, dejando en evidencia la ausencia de medidas concretas en esta materia. “Nosotros tenemos a Nadia (Calviño) ellos tienen a nadie”, añadió.
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Aunque los socialistas tienen claro que no hay que “banalizar” a PP y Vox, el partido quiere aprovechar el buen momento económico para redirigir el foco de la campaña en sus medidas y hacer de la necesidad una virtud, esto es, revalidar el Gobierno para “culminar este proceso de modernización”.
Dentro de esta estrategia, el PSOE entiende que el mejor escenario para sacar pecho de la gestión es el de los debates cara a cara, una iniciativa de la que el PP rehúye y limita a la celebración de uno en plena campaña. Así, al margen de la propuesta del secretario general del PSOE de llevar a cabo hasta seis debates se sumó la lanzada este lunes por Calviño. La vicepresidenta retó al PP a debatir sobre propuestas económicas. El “tándem Sánchez-Calviño” coge vuelo por encima del miedo a la derecha y la ultraderecha.
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