BBVA Research se suma a la oleada de organismos que constatan la mejora de la economía española. En concreto, el centro de estudios ha elevado al 2,4% el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2023, lo que supone un aumento de ocho décimas con respecto a su anterior previsión. Estas estimaciones son incluso más optimistas que las del Gobierno de Pedro Sánchez, que contempla un crecimiento del 2,1%. Asimismo, el análisis de la entidad muestra una tregua a corto plazo de la inflación, que se situará de media en el 3,4% en 2023 y en el 3,2% en 2024.
Según el último informe ‘Situación España’, presentado este martes, esta mejora de las proyecciones en 2023 se explica por las revisiones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero también por una sorprendente y positiva evolución de las exportaciones, que compensa la atonía de la demanda interna. Sin embargo, las mayores incertidumbres en la economía mundial para el año próximo, el centro de estudios ha recortado su previsión de crecimiento para 2024 desde el 2,6% hasta el 2,1%.
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El efecto arrastre derivado de la revisión al alza del crecimiento de los últimos trimestres de 2022 y las previsiones de crecimiento del PIB de un 0,7% en el segundo trimestre de este año explican la mitad de esta revisión al alza. “Las exportaciones están detrás del buen comportamiento de la economía, con una contribución especialmente importante de los servicios”, han destacado los economistas de BBVA Research.
Este avance se produce a pesar de la “atonía” de la demanda interna. Según el centro de estudios de BBVA, la caída acumulada del gasto en consumo de los hogares en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023 (casi del 3%) ha sido más consistente con la recesión que se esperaba el pasado otoño que con la expansión de la demanda agregada que finalmente se observó.
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Asimismo, la inversión se mantiene un 2% por debajo de las cifras alcanzadas en el tercer trimestre del año anterior. Los factores detrás de esta contracción son, por un lado, el incremento en el precio de la energía y de los alimentos, que ha mermado la competitividad de las empresas y reducido el poder adquisitivo de la renta y de la riqueza de las familias.
Por otro lado, el aumento en los tipos de interés oficiales ha incrementado el coste de financiación del sector privado, lo que ha afectado negativamente a sectores intensivos en el uso del crédito. Sin embargo, se espera que alguno de los factores que han afectado a la demanda interna reviertan parcialmente en los próximos meses, lo que permite anticipar una mayor contribución al crecimiento en los próximos trimestres de este componente del PIB: el precio de las materias primas, el coste de la financiación y el ahorro de las familias.
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