La mayor parte del ahorro extraordinario que los hogares españoles acumularon durante la pandemia, que alcanzó los 100.000 millones de euros a cierre de 2022, lo han destinado a depósitos, fondos de inversión y a amortizar la hipoteca, según recoge un artículo publicado por el Banco de España.
El informe titulado La evolución y el destino del ahorro extraordinario acumulado por los hogares españoles desde el inicio de la pandemia señala que en torno al 80% del ahorro realizado entre principios de 2020 y el cierre de 2022 se destinó a la adquisición neta de activos financieros. En concreto, cerca de 50.000 millones de euros se dirigió a efectivo y a depósitos.
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Una parte más reducida, aunque “creciente en el tiempo”, la utilizaron para financiar la formación bruta de capital, la adquisición de activos no financieros, principalmente inmuebles, y la amortización de préstamos hipotecarios.
La inversión financiera extraordinaria se concentró en 2020 y se moderó significativamente en 2021, mientras que en 2022 pasó a registrarse una caída en comparación con el año previo a la pandemia. Mientras que la inversión en inmuebles y la dirigida a amortizaciones de hipotecas tuvo una tendencia contraria: aumentó en 2021 y 2022 en comparación con 2019.
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Ello fue debido al encarecimiento de las hipotecas a tipo variable y a que apenas aumentó la remuneración de algunos activos líquidos, como los depósitos.
Respecto a las inversiones inmobiliarias, el dinamismo del mercado de la vivienda se prolongó hasta el tramo final de 2022, cuando se desaceleró significativamente debido al endurecimiento de las condiciones de acceso al crédito bancario y a la subida del coste medio de los nuevos préstamos que redujeron la demanda.
Proteger los ahorros
El supervisor reconoce en su informe que los ahorradores han mantenido gran parte del capital acumulado durante la pandemia a pesar de la subida de precios originada por la escalada de la inflación. A cierre de 2022 conservaban en sus ‘huchas’ 100.000 millones de euros. Aunque se ha producido una merma año a año.
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Así, la tasa de ahorro de los hogares alcanzó en 2020 cerca del 18 por ciento de su renta bruta disponible, más del doble que un año antes. Mientras que en 2021, al relajarse el confinamiento, la tasa permaneció en cotas elevadas, aunque menores, un 14% de la renta, lo que supuso el segundo nivel más elevado de la serie histórica, por debajo del obtenido un año antes.
La tasa siguió bajando en 2022 hasta situarse por debajo del nivel de 2019 debido a que los hogares recuperaron el gasto y a la galopante subida de la inflación.
“Los hogares hicieron una utilización parcial del ahorro extraordinario acumulado con anterioridad como vía para amortiguar el impacto del fuerte repunte de los precios sobre sus niveles de consumo, todavía inferiores, en términos reales, a los niveles previos a la pandemia”, recoge el informe.
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