“Las personas desconfiadas y las personas con depresión tienen alteraciones neuronales parecidas”

Alba Babot es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Área Básica de Salud de La Garriga, Barcelona

Alba Babot, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en Barcelona (Jose Carmona/Infobae)

La Atención Primaria es el primer punto de contacto entre la sanidad pública y el ciudadano, pero la saturación de los profesionales cada vez es más acuciante. Y si a los puestos de trabajo habituales de la sanidad, como los médicos de familia o los pediatras, ya les cuesta reclutar o aumentar sus plantillas, el problema se agudiza cuando se trata de psicólogos o psiquiatras, donde España tiene unos ratios muy por debajo de los países europeos del entorno.

Alba Babot es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Área Básica de Salud de La Garriga, Barcelona, y atiende a Infobae España tras su intervención en el XXI Seminario de Lundbeck organizado en Sitges bajo el título La depresión, ¿nace o se hace?. La sanitaria analiza los cuadros de depresión más habituales que trata y el estado de la Atención Primaria en Cataluña y en España.

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Pregunta: En su ponencia habla de la potencial relación que guarda una persona desconfiada con una persona con un cuadro de depresión.

Respuesta: Sí, todavía no hay una certeza, pero hay estudios que confirman que las personas desconfiadas y las personas con depresión tienen áreas parecidas, que están relacionadas y comparten alteración o esta similitud a nivel neuronal, pero no se puede confirmar aún una causa-efecto.

P: Apunta que la acumulación de traumas durante la infancia aumentan las posibilidades de sufrir depresión en edad adulta. Habla de “traumas”, en general.

R: Los traumas infantiles serían equivalentes a un estrés vital temprano. Padecer un estrés vital que puede ir desde abuso psíquico, negligencias o la separación con un progenitor por una muerte o separación. Traumas infantiles pueden aparecer muchos, así que un estrés en forma de una educación rígida, por ejemplo, es un factor que puede generar trauma. Estás expuesto a todos estos factores y pequeños traumas que pueden ir apareciendo. A diario nos pasan cosas, cuando ponemos el mínimo en cuatro es porque pueden aparecer más.

P: Una parte importante de la depresión viene estimulada por la soledad, pero para cambiar esa dinámica los cambios en la sociedad deberían ser estructurales.

R: Los cambios en torno a la soledad no vendrán desde la medicina o las consultas, son las políticas sociales y económicas las que generarán un cambio en el sentimiento de soledad, porque tienen relación en cómo nos relacionamos. Si tuviéramos trabajos que de menos horas y no nos ocuparan la jornada laboral completa, tendríamos más tiempo para dedicar a los cuidados de las personas de nuestro entorno. Si la economía no se viera tan afectada, buscaríamos servicios de cuidados externos para los seres queridos que están solos... Obviamente, son las políticas las que pueden cambiar la situación.

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P: Trabajas en la Atención Primaria y este ha sido un eje de campañas electorales durante los últimos años. Como experiencia personal, ¿qué valoración haces del estado actual?

R: Estamos en un momento crítico en la Atención Primaria. Hay mucha presión asistencial a causa de los pocos profesionales que estamos en ella. Cada vez hay menos profesionales que quieren dedicarse a la Atención Primaria, siempre quedan vacantes cuando eligen la especialidad los que finalizan en MIR. Es la que más profesionales necesita, porque es la puerta de entrada de los pacientes a la sanidad, y es la que tiene los ratios más bajos. Esta falta de profesionales nos lleva a la saturación.

Además, encontramos cada vez más dificultades de acceso a los sistemas especializados. Esta dificultad hace que asumamos ciertas patologías los médicos de familia. Yo podía intuir antes que una persona tenía X problema y podía consultarlo con el especialista, pero ahora ese acceso es cada vez más difícil por la falta de recursos y lo asumimos nosotros. Afrontamos ciertas consultas con demasiada complejidad y nos dificulta dar una atención óptima a la persona que tenemos delante.

P: La Atención Primaria tiene como pata fundamental de sus objetivos ofrecer prevención. Dar una vigilancia para evitar que una enfermedad aparezca. ¿Eso se puede dar con la saturación que tenéis?

R: Es posible dar prevención porque ante la falta de médicos, al menos en Cataluña. Ahora tenemos el papel de la nutricionista, de la psicóloga y del fisioterapeuta. Son figuras que nos ayudan mucho en la prevención. No hacen terapias individuales, hacen terapias grupales y ofrecen buenos hábitos. Estamos trabajando la prevención, pero no cómo deberíamos.

P: En tu experiencia personal, ¿cuáles son las afecciones más habituales que llevan a los pacientes a pedir consulta y ver síntomas de depresión?

R: Los problemas laborales y económicos, el mobbing es lo que genera más consultas. El mobbing es la violencia generada por parte de tu trabajo, ya sea tu jefe o tus compañeros, esos conflictos a nivel laboral. Otro de los factores son los cuidados, hacerse cargo de personas mayores e hijos y la falta de tiempo genera un malestar importante. Y por último, los conflictos de pareja también son un desencadenante. Hay pacientes que vienen a pedirte consejo para mejorar tu relación [risas].

P: ¿Y cuál es el mayor bulo que circula entre la gente sobre la salud mental?

R: El mayor problema es que la gente cree que son solo los factores sociales los que tienen que ver con la salud mental y está todo en nuestras manos para poder cambiar nuestro estado.

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