Huesca, 9 jun. El realizador chileno Pablo Larraín ha asegurado este viernes sentirse satisfecho de poder conservar su libertad a la hora de poner en marcha sus proyectos cinematográficos, pero ha advertido al tiempo de que las plataformas digitales han cambiado la forma de atención de los espectadores respecto a las películas.
Y han puesto en crisis, ha dicho, un tipo de cine dirigido a contar historias con una narrativa distinta y a ritmos más lentos.
Larraín ha hecho esta afirmación en una rueda de prensa en el marco del 51 Festival Internacional de Cine de Huesca, unas horas antes de recoger el premio honorífico Ciudad de Huesca-Carlos Saura, que le ha otorgado este galardón en reconocimiento a una prestigiosa carrera iniciada en 2006 que se ha consolidado con producciones internacionales como 'Jackie', sobre Jacqueline Kennedy, o 'Spencer', sobre Diana de Gales.
"Cuando estoy filmando una película y sé que va a estar en un cine, con el espectador con el teléfono apagado o en modo avión, en una sala sin luces y con una butaca relativamente cómoda, sé que domino la atención del espectador, pero cuando está en su casa, tenemos inevitablemente que competir con esas cosas que alteran la atención, como un repartidor de pizza u otras distracciones", ha resaltado.
En su opinión, el mayor protagonismo de las plataformas en el mundo del cine exige "cambios" en el quehacer de los realizadores, un paso "muy doloroso" que es el que más les cuesta", ya que obliga a cambiar los ritmos, a potenciar el uso de la música o del sonido o a modificar los encuadres.
Larraín ha incidido en la necesidad de poner en marcha políticas públicas de apoyo que impidan que el cine "sea absorbido por un cine distinto que está acaparando la atención" a través de las plataformas.
A su juicio, "tenemos que ser capaces de construir historias de una manera diversa y entretenida, y reconquistar muchas audiencias", afirmación que ha hecho para referirse al progresivo descenso de espectadores en las salas de cine.
Con producciones en su haber nominadas a los premios Oscar, Larraín considera, sin embargo, que Hollywood es "un lugar más imaginario que un sitio donde hacer películas", y que sus producciones más aclamadas, 'Jackie', con Natalie Portman, o 'Spencer', con Kristen Stewart, son "proyectos europeos", así como su proyecto más inmediato, 'María', un biopic sobre la mítica soprano griega María Callas que protagonizará Angelina Jolie.
Ha insistido en la crisis que atraviesa este cine de autor en la que interesan otros tipos de ritmo para contar historias y los matices narrativos, frente a las películas que dominan actualmente la taquilla mundial en las que, ha añadido, hay "un montón de estímulos cada minuto".
El realizador chileno ha explicado que en los próximos días estrenará su producción 'El conde', una alegoría en la que el dictador Augusto Pinochet es visto como un vampiro, y que durante el segundo semestre de este año acometerá el rodaje de 'María'.
"Me parece maravilloso que el cine, más allá de donde se hace, termine siendo un edificio prácticamente idéntico en cualquier parte del mundo, porque siempre hay una historia y un deseo momentáneo de habitar un espacio de ficción", ha agregado el realizador. EFE
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