El escenario era muy diferente antes del 28M. El PP y Vox tenían que pactar en varios territorios para asegurar la gobernanza de la derecha. Pero todo cambió a partir del domingo electoral, cuando la victoria territorial del PP por encima de sus objetivos y la convocatoria de las elecciones generales ha dado fuerza a los de Alberto Núñez Feijóo para cambiar su estrategia.
El 28M dejó un pronóstico halagüeño para el PP: dos mayorías absolutas en Madrid y La Rioja; a dos escaños en Murcia; más votos que toda la izquierda en Baleares; la abstención del PRC en Cantabria; un acuerdo cerrado con CC en Canarias; más votos y escaños que el PSOE en la Comunidad Valenciana y Aragón; y en Extremadura empata a escaños con el PSOE, pero suma la derecha.
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Por eso, “hablar con todos los partidos políticos” es la nueva hoja de ruta de Génova. Algo que harán, dicen, por pragmatismo y por cortesía política. Pero el pragmatismo del que habla de Dirección Nacional del PP no se refiere solo a la responsabilidad compartida de verse abocados a pactos con Vox, que también, sino de acabar relegando a Vox como socio prioritario.
Pactar con los de Santiago Abascal era un golpe previsto para los ‘populares’, “llevan buscando eso desde Castilla y León”, aseguran, pero la amenaza ha derivado en escollo cuando Pedro Sánchez marcó en el calendario el 23J, anticipando una campaña electoral que coincide con la formación de gobiernos autonómicos y municipales.
El PP quiere forzar a Vox a “retratarse”
La intención de Alberto Núñez Feijóo es clara: intentar gobernar en solitario tanto en las comunidades y ayuntamientos como a nivel nacional. Los barones recogieron pronto el guante y muchos se plantearon ir a sus respectivas investiduras sin pactar antes, postergando los acuerdos hasta después de las generales o forzando a Vox a “retratarse” al dar un hilo de esperanza a la izquierda si no apoyan las investiduras del PP.
“Si el objetivo es eliminar a los políticos de la izquierda y apartarlos de las instituciones y van en esa línea, bienvenido sea. Estaremos en la oposición y controlando para que se aplique”, aseguran fuentes nacionales de Vox, que niegan el malestar con el PP por hacer rondas con todos los grupos en las autonomías sin priorizarles. Un ejemplo es Comunidad Valenciana, donde este jueves se sentaron, en primer lugar, con el PSOE valenciano, y con Vox no lo harán hasta el martes. De momento “no ha habido contactos serios”. A partir de ahí, tendrán casi dos semanas antes de la investidura, pero Feijóo ya apuntó a las “mayorías estables” para conformar un gobierno.
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En Extremadura, donde más complicado tienen el escenario, la obstinación de María Guardiola ha sido clave para abrir la vía de un gobierno del PP en solitario. La dirección la marcó la propia candidata, que quiere un Ejecutivo en solitario, pese a que Génova se abrió a sacrificar esta investidura a favor del PSOE si aceptaba su propuesta de dejar gobernar a la lista más votada, en este caso, el PSOE. “Extremadura no se gobierna desde Madrid”, advirtió la baronesa. Feijóo no tardó en aclarar que, pese a la advertencia de Guardiola, el PP le tendría que dar su visto bueno. En cualquier caso, apoyó su estrategia de forzar el apoyo de Vox.
Otro territorio es Baleares. El PP se abrió a una reunión con la extrema derecha balear, pero sin la asistencia de su candidata, Marga Prohens, en un golpe de efecto que provocó que fueran los de Santiago Abascal los que rechazasen la reunión. A Prohens le basta con la abstención de Vox en esta autonomía y no tiene en mente crear una coalición con Vox. De momento, y como en Extremadura, tienen hasta el 27 de junio para equilibrar fuerzas antes de la investidura.
Vox tampoco se va a quedar de brazos cruzados y comenzarán a ensalzar desde ya los acuerdos que ya se han cerrado en municipios grandes, como Guadalajara. Allí se ha sellado el primer acuerdo de gobierno a nivel municipal tras el 28M entre ambos partidos para gobernar el Ayuntamiento. Vox se quedaría con alguna concejalía, como la de Seguridad Ciudadana. Con todo, en el acuerdo sellado ha entrado la mano nacional, Abascal habría puesto una condición: eliminar la Concejalía de Igualdad para sustituirla por la de Familias y Asuntos Sociales.
Canarias y Cantabria, las alternativas de pacto
En las plazas donde el PP ha podido evitar a Vox a través de los partidos regionalistas, no ha dudado en hacerlo. Es el caso de Canarias, donde ha pactado con Coalición Canaria para conformar el gobierno del Archipiélago. Además, abren la puerta a incluir a Agrupación Herreña Independiente (AHI) y Agrupación Socialista Gomera (ASG) en su pacto.
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Su Ejecutivo en Cantabria también ha pasado por el partido regionalista PRC, ya que Miguel Ángel Revilla ha ofrecido su abstención para evitar un eventual gobierno de coalición entre PP y Vox. Por lo que los ‘populares’ de Sáenz de Buruaga y los regionalistas de Revilla ya se han sentado en una mesa negociadora a la que la extrema derecha no está invitada.
Aunque Feijóo ha repetido por activa y por pasiva que no va a renunciar a su objetivo de gobernar en solitario tanto a nivel territorial como nacional, esta advertencia se aplica parece dirigida a Vox, quien ya no exhibe los honores de “socio prioritario”.
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