Cuando se sorteó el cuadro de Roland Garros, todas las miradas estaban puestas en una hipotética semifinal entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. Dicho y hecho, ambos tenistas fueron eliminados rivales hasta confirmar los pronósticos y citarse en la antesala de la final en un partido generacional cargado de alicientes. En juego está la pelea por el número uno mundial, Nole tiene a tiro el récord de Grand Slams y Carlos recoger el testigo de Rafa Nadal en la Philippe Chatrier.
Para superar a Djokovic, Alcaraz deberá encontrar la fórmula para dominar el ímpetu del serbio y evitar que la euforia generada tras arrasar a Tsitsipas juegue en su contra. Sobre lo primero, el equipo del español se muestra reservado: “No vamos a dar todos los secretos, pero tenemos que estar preparados”, asegura su entrenador, Juan Carlos Ferrero, que reconoció que prepararán el partido “desde el punto de vista técnico” y tratarán de “anticipar los esquemas de juego y las situaciones difíciles”.
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De la cama a la pista
Ante el mayúsculo reto que afronta Alcaraz, su equipo ha decidido cambiar rutinas para llegar lo mejor posible al partido. Renovarse o morir han pensado Ferrero y compañía. En lo que iba de torneo, Carlos no había entrenado ningún día de descanso entre sus anteriores partidos, cosa que sí hizo el pasado miércoles durante casi una hora en una de las pistas secundarias del complejo. Bajo la atenta mirada de su padre y su abuelo, quien le metió el gusanillo del tenis, el jugador hizo los primeros ejercicios desde que lo hiciera en los días previos a su debut.
“Pensamos que la recuperación es más importante”, aseguró el entrenador, que no reveló si este jueves se ejercitará. Lo cierto es que el calendario posibilitó también este cambio de hábito. Alcaraz jugó el pasado martes con Tsitsipas y hasta el viernes no se enfentaba a Djokovic. Por lo que dos días sin practicar en pista podría ser demasiado tiempo sin entrenar.
La otra parte de la preparación se ha centrado en no creerse ganadores antes de saltar a la pista, algo que puede suceder ante el elevado nivel que mostró ante Tsitsipas . El propio Alcaraz comenzó a hacerlo tras derrotar al griego y asegurar que “mientras esté Novak aquí, el favorito siempre será él”. El murciano se quitó la presión recordando el currículum de Djokovic. Camino de su tercer Roland Garros, que sumado a los otros 20 grandes que figuran en sus vitrinas, le convertirían en el hombre con más Grand Slam de la historia.
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El número 1 mundial, en juego
En este duelo con sabor a final hay mucho más en juego que el simple pase al partido por el título. Con Medvédev, número dos mundial, eliminado, las opciones de Alcaraz de permanecer en lo alto de la ATP pasan por ganar a Nole o, en caso de caer derrotado, esperar que el serbio pierda la final ante Ruud o Zverev. De lo contrario, Djokovic recuperaría el cetro del tenis mundial tras haberlo perdido hace menos de un mes. Para ello, al igual que Carlos, también tiene un plan a seguir que se basa en pasar el menor tiempo posible en la pista para preservar su estado físico.
“Ya no soy el mismo que hace diez años”, repite el de Belgrado en cada rueda de prensa, y su rendimiento en la pista no dice lo contrario. Y es que, a pesar de haber cedido un solo set en todo el torneo -los mismos que Alcaraz-, se ha mostrado lejos de su mejor versión con momentos de sufrimiento a lo largo de su camino a semifinales. Eso sí, su solidez general a pesar de los altibajos, su innegable calidad, y su mera autoridad en la pista, le han permitido ponerse a dos pasos de la Copa de los Mosqueteros.
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