El interés de los inversores particulares por las letras del Tesoro vuelve a desatarse atraídos por un rentabilidad que ya bate a la inflación y que ronda el 3,5%, la mayor en una década.
En este contexto, los analistas no descartan que vuelvan a las puertas del Banco de España las largas colas de ahorradores, como se vieron en febrero, para comprar deuda y obtener los intereses que les niega la banca española en sus depósitos a plazo fijo, cuya rentabilidad del 1,3% es una de más bajas de la UE, donde la media se sitúa en el 2,09%.
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El hambre por la deuda española quedó patente en la última subasta de letras a seis y doce meses que celebró el Tesoro el pasado lunes y en las que colocó 4.964 millones de euros frente a una demanda que casi la duplicó a la oferta al superar los 9.300 millones de euros.
En el caso de las letras a 12 meses, el nominal solicitado fue de 6.075 millones y el nominal adjudicado de 3.985 millones de euros, mientras el tipo de interés marginal se situó en el 3,468% frente al 3,247% del mes de mayo.
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En las letras a 6 meses, el nominal solicitado fue de 3.240 millones y el adjudicado de 979 millones, mientras el tipo de interés marginal fue del 3,392% frente al 3,143% del mes pasado. Esta subida de rentabilidad hizo que los inversores particulares compraran el 43% del capital emitido en la subasta a 6 meses y un 15% en la subasta a 12 meses.
Joaquín Robles, analista de XTB, atribuye este movimiento a que un entorno de alta inflación, subida de los tipos de interés y temor a una nueva desaceleración económica “ha impulsado la inversión en deuda pública a corto plazo” y más teniendo en cuenta “la escasa rentabilidad ofrecida por las entidades bancarias”.
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También Estefanía González, portavoz de finanzas personales de Kelisto, reconoce que “la subida de rentabilidad de las letras, que no se veía desde 2011, ha hecho que se sitúen en el disparadero de los ahorradores más conservadores”.
Intereses, al alza
Los intereses cercanos al 3,5% de las letras del tesoro triplican a los ofrecidos por la banca española situados en el 1,3%, según los últimos datos del Banco de España.
Esta diferencia ha hecho que en los dos primeros meses del año los ahorradores retiraran 18.000 millones de euros en depósitos para hacer frente a la inflación y buscar otros productos con mayor rentabilidad como las letras. Así, el dinero acumulado en plazos fijos se ha reducido hasta los 983.300 millones de euros, una cifra inferior al billón de euros que acumulaban a finales del año pasado.
La resistencia de la gran banca española a incrementar la remuneración por sus plazos fijos hará que la inversión en letras continúe al alza los próximos meses, augura Joaquín Robles, debido a que “la rentabilidad de la deuda española continuará estable ante la fuerte demanda”, aunque reconoce que “su recorrido al alza será cada vez más limitado”.
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