Las empresas europeas pagan por el coste ambiental de su actividad a través de un mercado de derechos de emisiones en el que emitir cada tonelada de CO2 tiene un precio determinado. Para evitar que ese coste adicional situara en desventaja a la industria europea respecto a las importaciones de terceros países, se asignaba una cuota gratuita a los sectores más expuestos, lo que restaba incentivos para su descarbonización. Para abordar este problema, la UE ha aprobado un Mecanismo de Ajuste en Frontera al Carbono (CBAM) que grava los productos importados en función de sus emisiones. Este nuevo impuesto tendrá efectos en la cesta de la compra de los españoles tras su entrada en vigor en 2026, reavivando los vestigios de inflación, que según todas las previsiones en ese momento ya habría vuelto a una senda normalizada.
Pese a que los sectores más expuestos a los mercados internacionales, como la industria automovilística y la metalurgia, serían los más afectados por el CBAM, con un impacto agregado de más de 2.500 millones de euros, la industria agroalimentaria también tendrá que afrontar ese nuevo gravamen.
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El informe ¿Cuál va a ser el efecto en España del nuevo impuesto de la UE sobre las emisiones en las importaciones?, elaborado por el Centro de Política Económica EsadeEcPol, muestra los impactos sobre los precios de los productos agroalimentarios como consecuencia del aumento de precio de los fertilizantes. Es importante recordar que estos cambios de precios afectarían a la producción doméstica, que utilizaría fertilizantes más caros, pero no a los alimentos importados, que se harían más competitivos. A este respecto, el sector agroalimentario fue en 2019 el principal sector exportador fuera de las fronteras comunitarias, con más de un 10% del valor de las exportaciones. Por otro lado, las exportaciones suponen casi un 10% del valor de la producción agroalimentaria en España.
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La carne de vacuno se encuentra en la parte alta de la distribución junto con las legumbres y los cereales, con subidas de precios por encima del 2%. A continuación, se sitúan la carne de ovino y caprino, la de cerdo y la de ave con incrementos del 1,9%, 1,6% y 1,1% respectivamente. El diferente impacto en el sector ganadero está directamente relacionado con el consumo de pienso: para producir un kilo de carne de vacuno se necesita 4 veces más pienso que para producir uno de carne de cerdo y 8 veces más que para las aves. Finalmente, el arroz, la leche y los huevos incrementarían su precio menos de un 1%.
Entrada en vigor
Las instituciones de la Unión Europea han alcanzado un acuerdo para poner un precio a la huella de dióxido de carbono de muchas de sus importaciones. Esta tasa, la primera del mundo de estas características, afectará a hierro, acero, cemento, aluminio, fertilizantes, electricidad o hidrógeno, entrará en vigor el 1 de octubre de este año, aunque tendrá un periodo transitorio en el que los importadores solo tendrán que declarar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) incorporadas en los bienes que importan, sin realizar ningún pago o ajuste financiero.
Será partir de 2026 cuando las compañías deberán declarar cada año la cantidad de bienes importados en la UE en el año anterior y sus GEI incorporados. De esta forma, se generará un gravamen adicional que desincentivará a los fabricantes europeos que se planteen deslocalizar su producción a otros países para importarlos posteriormente eludiendo los impuestos al carbono europeos.
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