Shakira aterrizaba el pasado domingo en Barcelona acompañada de sus hijos, Milan y Sasha, para cumplir con el convenio regulador de los pequeños y que estos puedan pasar unas semanas con su padre, Gerard Piqué. Si bien podría haber regresado a Miami, donde ha fijado su residencia, la cantante ha decidido instalarse en el que fuera el hogar familiar y aprovechar estos días para disfrutar de la Ciudad Condal y atender su agenda.
Lejos de quedarse en casa, la colombiana está realizando una gran cantidad de planes. Todas estas salidas están generando una gran expectación, pues son muchas las personas que esperan poder verla durante una de ellas.
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Por eso, durante estos días fans, curiosos y profesionales de la comunicación se han agolpado a las puertas de la vivienda con la esperanza de verla de cerca y, si fuera posible, lograr un autógrafo o una fotografía con ella. Sin embargo, de momento la artista ha optado por no dejarse ver y solo ha recibido a diferentes repartidores así como a miembros de su entorno más cercano, como su hermano Tonino. Él ha vuelto a convertirse en su mejor apoyo, pues cuando necesita desplazarse de manera discreta se convierte en su chófer.
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Y aunque Shakira se está sentando en el asiento trasero del vehículo para intentar no ser captada por las cámaras, ha optado por una medida extra de seguridad con el fin de evitar a los paparazzi: instalar cámaras de seguridad a las puertas de su casa. Si bien en teoría deben apuntar hacia el interior de la vivienda, pues es ilegal grabar la vía pública, están giradas para no perder detalle de quién está en todo momento en su calle.
Con esta estrategia, la autora de Las de la intuición puede ver desde la comodidad de su hogar quién está en el exterior y aprovechar el momento de menor movimiento para salir sin ser vista. Si el domingo acudió a disfrutar del GP de España, celebrado en el circuito de Montmeló, el lunes y el martes por la tarde salió de la mansión para reunirse con sus abogados y realizar unas gestiones pendientes.
Su letrado, Pau Molins, está preparando su defensa de cara al juicio que la enfrentará en noviembre a Hacienda. Shakira se enfrenta a una multa de 23,8 millones de euros y a una pena de 8 años de cárcel, por lo que no quiere dejar ningún fleco suelto y aprovechará su estancia en España para ultimar su defensa. Una reunión que podría ser inminente y que la cantante intentará por todos los medios que no trascienda públicamente.
Coincidiendo con su regreso a Barcelona, El Periódico ha desvelado una importante novedad en el proceso. Y es que Hacienda ha renunciado a 51 testigos de los más de 140 que propuso en un principio para declarar en el juicio, en su mayoría conocidos y vecinos de Shakira de la época en la que vivía con Gerard Piqué en la casa familiar de Esplugues de Llobregat. Todos ellos se librarán de pasar por la sala de vistas.
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