El precio de la vivienda ha pisado el freno en el primer trimestre del año con un incremento interanual del 3,5%, la mitad de lo que subió de media en 2022, un 7,4%, debido a un descenso de la demanda.
“El encarecimiento brusco de la financiación de la vivienda, sumada a las tensiones inflacionistas ya empieza a tener efectos en los bolsillos de las familias, que cada vez pierden más poder adquisitivo, lo que influye en el enfriamiento de la demanda de compra”, argumenta María Matos, directora de Estudios de Fotocasa. Estima que un 28% de compradores ha desechado la idea de adquirir una vivienda a corto plazo.
Te puede interesar: Los españoles destinan siete años de su salario íntegro a comprar una vivienda
A pesar de este enfriamiento, aún existe una demanda latente que continúa manteniendo el precio al alza y que hace que los propietarios se resisten a bajar los precios. Frente a ella, aumenta el colectivo de ciudadanos que esperan a que bajen los precios para comprar. Una situación que “es difícil que se produzca”, a juicio de Matos. Lo que sí se verá en los próximos meses es que “los incrementos de precio empiecen a ser más comedidos”, asegura.
También Ferran Font, director de Estudios de Pisos.com, prevé que el aumento de precios continúe con su tendencia “claramente a la baja” en los próximos meses si se compara con el primer trimestre de 2022, cuando el índice se situó en el 8,5%.
Te puede interesar: El precio de la vivienda marca récords de 17 años inmune a la subida de tipos de interés
Esta senda bajista ha afectado en el primer trimestre del año tanto al precio de viviendas de segunda mano como al de obra nueva, aunque en esta última el crecimiento ha sido mayor, un 6%, mientras que en la vivienda usada fue del 3% y cae dos puntos respecto al último trimestre de 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
La moderación en la subida de precios se ha producido en todas las comunidades autónomas entre enero y marzo. No obstante, existen diferencias notables entre territorios. Las mayores subidas en términos interanuales se han dado en Navarra, Cantabria y Canarias, con incrementos superiores al 5%, mientras que en zonas como Extremadura (1,1%), Castilla La-Mancha (1,6%) y Región de Murcia (1,7%) fueron menos pronunciadas.
Te puede interesar: Las hipotecas se desploman un 15,7% en marzo y el tipo de interés medio ya roza el 3%
Ajustes moderados
En este contexto, los analistas no esperan descensos significativos en el precio de las viviendas para los próximos meses, ya que el interés por comprar supera los niveles de prepandemia y la oferta se sigue reduciendo.
“En 2023 es probable que se detecten fluctuaciones del coste de la vivienda al alza o a la baja, ya que el mercado buscará adaptarse al nuevo cambio en la política monetaria, e incluso, es posible algún ajuste a partir de la segunda mitad del año, pero alejado de grandes descensos”, augura María Matos.
Donde se descarta un abaratamiento de la vivienda es en la obra nueva, que a juicio de los analistas, su precio seguirá al alza a lo largo del año debido al auge “sin precedentes que están viviendo”. Incluso podría producirse una “grave problemática” de subida de precios debido no solo a la inflación, que afecta al coste de los materiales, a la producción y a la logística y que ha ocasionado la ralentización y paralización de algunas promociones, sino por los escasos niveles productivos de obra nueva.
Además, “las dificultades de los promotores y constructores para comprar suelo finalista, la falta de mano de obra cualificada en el sector y el aumento del precio de los materiales derivados del encarecimiento de la energía y de la guerra en Ucrania, están causando que el stock esté bajo mínimos”, asegura la directora de Estudios de Fotocasa.
Respecto a la evolución de precios en lo que resta del año, Ferran Font prevé que siga una tendencia clara de crecimiento moderado, que se acentuará “en aquellos mercados menos dinámicos donde no exista una demanda fuerte que tensione los precios al alza”.
Seguir leyendo: