Cuando a un deportista se le empieza a vincular con el Real Madrid, hay que levantar las orejas. Si ese jugador, de baloncesto en concreto, iguala un récord de una leyenda de su disciplina, todavía hay más motivos para ponerle en el radar. Y si para rizar más el rizo sus actuaciones sirven para tumbar a dos de los equipos más pujantes de la competición en la que milita, el hype ya es irrefrenable. Todas estas variables las ha cumplido Kyle Guy en las últimas fechas, convirtiéndose en el gran nombre propio de los playoffs de la ACB: las habilidades anotadoras desde el perímetro del estadounidense han terminado de explotar en España justo en el momento decisivo de la temporada para su Joventut de Badalona.
Guy, escolta de 25 años natural de Indiana, empezó a sentir el picorcito en la línea de 3 con mayor intensidad que nunca en la serie de cuartos de final contra Baskonia. Hasta entonces, parecía que le faltaba algo para despuntar por completo como verdinegro. Pero las carencias, si las había, desaparecieron por completo cuando los vascos estuvieron enfrente: 36 puntos en el primer partido (récord personal en la liga española) y 22 en el segundo, para unos descomunales 58 totales y un 13/24 en triples en el acumulado (9, otro récord, en Vitoria).
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No contento con ser clave para eliminar a un equipo de Euroliga como el vitoriano (91-99 y 83-76: ya veremos si Joan Peñarroya continúa en el banquillo de Baskonia tras caer en cuartos de ACB y de la Copa del Rey y quedarse fuera del Top 8 europeo), el norteamericano colocó en su punto de mira a otro: nada menos que al hace escasas fechas campeón. El Madrid también ha perdido el factor cancha ante el Joventut (83-93 en el primer partido de una serie a 5) y el culpable ha sido exactamente el mismo. Este martes, el concurso de Guy volvió a ser arrollador: 30 puntos y 8/13 en triples.
Hasta tal punto está llegando este momento dulce que el tirador se ha colocado, gracias a su efectividad, a la altura de, palabras mayores, Drazen Petrovic. Sólo el inolvidable croata había conseguido, hasta ahora, anotar 8 o más triples en dos partidos de los playoffs de la ACB en un mismo año. Hasta que llegó Guy para volver a sacar a la palestra un hito que el genio de Sibenik protagonizó, casualidades del destino, en el Madrid con el que ya se asocia (le califican de heredero de Jaycee Carroll) al cañonero del Joventut.
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Campeón de la NCAA sobreponiéndose al odio
Guy recibió la llamada del baloncesto gracias a una oportuna lesión de espalda, que le llevó a cambiar el fútbol americano por las canastas. A pesar de haber nacido en la cuna por excelencia del deporte de la pelota naranja en lo que a Estados Unidos se refiere, decidió desarrollar su carrera universitaria en Virginia (2016-2019). Marcó las diferencias desde bien temprano: ya anotó 20 puntos, con 5 triples, en su cuarto partido en la NCAA.
Santo y seña indiscutible de los Cavaliers con el transcurso de los encuentros y las temporadas, vivió su primer gran momento en el equipo en 2018. Un penúltimo curso universitario en el que los suyos se clasificaron para la postemporada, el famoso March Madness. Sin embargo, aquella se trató también de la peripecia vital más baja de Guy, puesto que Virginia, que estaba entre los centros favoritos al título, cayó por sorpresa en primera ronda (74-54) ante un rival teóricamente inferior, la Universidad de Maryland, Baltimore County. El batacazo desató una campaña de acoso y odio desmedidos hacia el equipo, con su estrella como principal señalado.
La ansiedad afectó sin remedio a un Guy que cargó con el peso de lo sucedido sobre sus hombros y que llegó a ser objeto de amenazas de muerte procedentes de su propia Universidad. No tuvo más remedio que ponerse en manos de profesionales para tratarse, ya que hay antecedentes de suicidios en su familia. Poco a poco, el bache pasó y se recuperó del mismo a lo grande: un año después de lo sucedido, en 2019, Virginia se proclamó campeón de la NCAA y él fue el mejor jugador de la Final Four.
Coronarse a nivel nacional, con 24 puntos de Guy en la final ante Texas Tech, nunca hubiese sido posible sin, cómo no, un triple del líder de los Cavaliers. Eso sí, llegó en forma de tres tiros libres convertidos, con toda la sangre fría del mundo, a falta de 0,6 segundos para el bocinazo en la semifinal contra Auburn. Primer viaje a la final universitaria y primer campeonato: la NBA era la siguiente parada.
Sin embargo, como suele ocurrir en tantos y tantos casos, no hubo idilio entre Kyle Guy y la mejor liga de baloncesto del mundo. Elegido en el puesto 55 del Draft (segunda ronda) por los New York Knicks, fue traspasado de inmediato a unos Sacramento Kings en los que nunca gozó de grandes oportunidades (2019-2021). Lo mismo le sucedió en los Miami Heat (2021-2022): también tuvo un paso de visto y no visto, menos de un mes, por los Cleveland Cavaliers.
La categoría de desarrollo de la NBA, la G League, le disfrutó más, de la mano de los Stockton Kings, los Cleveland Charge (dos etapas) y los Sioux Falls Skyforce. Su mayor logro en la competición en la que todos quieren estar lo consiguió de la mano de los Heat: 17 puntos y 4 triples en un encuentro de la pasada temporada. En total, disputó 53 partidos con los mejores, repartidos en tres cursos. A Guy no le quedó más remedio que dar el salto a Europa en verano de 2022, con el deseo firme de volver a sentirse importante sobre una cancha. Una decisión que, imbuido de un aura de matagigantes innegable con el Joventut en la postemporada de la ACB, no ha podido ser más acertada.
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