Decir adiós a un ser querido nunca es fácil. En muchas ocasiones, tampoco lo son las gestiones a las que se tienen que enfrentar los familiares que se ven forzados a tramitar una herencia. La transmisión del patrimonio implica una serie de diligencias que, muchas veces, son más complejas de lo esperado. Contratar los servicios de una gestoría suele ser una buena solución en estos casos, aunque es importante considerar el impacto económico que este gasto puede tener en los bolsillos.
La tarifa final de la gestión de una herencia depende de un cúmulo de factores, como el valor del caudal hereditario, la existencia de testamento, el número de trámites a resolver o la cantidad de inmuebles que figuren como propiedad de la persona fallecida. En cualquier caso, el dinero que cuesta el papeleo nunca alcanza la suma total de lo que una persona percibe por la pérdida.
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Uno de los gastos principales es el asociado al Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que debe pagarse en un plazo de seis meses desde que se comienza a realizar la tramitación de una herencia. Es importante, llegados a este punto, averiguar las posibles exenciones y beneficios fiscales que se pueden aplicar en función del grado de parentesco entre el fallecido y los herederos. Asimismo, cuando la herencia incluye inmuebles de naturaleza urbana, también se debe abonar la Plusvalía Municipal o Impuesto sobre el Incremento de Valor de Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU).
¿Cuánto cuesta un abogado especialista en herencias?
El asesoramiento de un abogado especialista en herencias puede tener un coste de entre 3.000 y 5.000 euros, aunque esta cifra excluye ciertas variables que pueden incrementar la tarifa final. Si el trámite de la herencia se demora, requiere una partición o el cambio de titularidad de algún bien, el precio puede subir hasta los 10.000 euros. La posible conflictividad entre los interesados también determinará el desembolso definitivo.
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No obstante, esto son sólo aproximaciones. Cuando el proceso presenta trabas y obstáculos, lo recomendable es contratar los servicios de una gestoría profesional, cuyos presupuestos no superan en ocasiones los 1.000 euros. Es fundamental que los herederos traten de gestionar por su cuenta los distintos documentos que se necesitan para completar las diligencias. Si el abogado, la gestoría o el notario tienen que pagar las tasas de la copia autorizada del testamento, las certificaciones catastrales o el certificado de defunción, entre otros trámites, lo más probable es que incluyan ese coste extra en la tarifa final.
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