El PSOE, como el resto de formaciones, tiene desde hace días la maquinaria en funcionamiento con la vista puesta en sus listas. El adelanto de las elecciones generales, anunciado por Pedro Sánchez menos de 24 horas después de los comicios municipales y autonómicos del pasado domingo, ha trastocado todos los tiempos previstos. Y tiempo, precisamente, es lo que no sobra.
Los partidos, coaliciones o federaciones tienen de plazo hasta el próximo 19 de junio para presentar las candidaturas en las juntas electorales o confirmar las ya inscritas. Y, en este contexto, los socialistas tienen marcado en rojo en el calendario el 10 de junio, cuando el partido celebrará un Comité Federal para revisarlas y ratificarlas antes de su registro (previo dictamen de la Comisión Federal de Listas).
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La falta de tiempo por el calendario exprés implicará que en muchas de ellas “no haya sobresaltos”, más allá de incorporar a nombres que a lo largo de estos casi cuatro años de legislatura han tenido un papel esencial en el PSOE y en el Gobierno, esto es, los ministros que se incorporaron en las dos crisis de Gobierno. No obstante, estas propuestas están abiertas a incluir a barones y alcaldes que perderán su cargo tras los comicios locales y autonómicos del 28-M.
Sánchez, candidato indiscutible; su número dos, en el aire
Hasta entonces, uno de los pocos nombres asegurados es el del candidato, el número uno por Madrid, Pedro Sánchez. La rápida respuesta a la debacle del domingo ha cortado en seco cualquier duda en torno a su figura y la posibilidad de que otros pretendientes se postularan para sucederle en el caso de que la fecha de los comicios se hubiera mantenido a finales de año.
La gran incógnita está en quién será su número dos, un lugar esencial que marcaría en buena medida el camino de su relevo en caso de que el actual secretario general pierda la contienda electoral del próximo 23 de julio. Y es que, aunque Ferraz no quiere ponerse en ese escenario, en el PSOE son cada vez más las voces que dan por hecho la marcha Sánchez si no consigue reeditar el Gobierno.
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Al regirse por la fórmula de los sistemas cremallera (”alternar entre un sexo femenino y uno masculino hasta finalizar”), los nombres de María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, y Pilar Alegría, portavoz de la Ejecutiva Federal y ministra de Educación, han resonado con fuerza para ocupar el segundo puesto, pero desde el PSOE madrileño descartan estos nombres, lo que no quita que encabecen las listas de Sevilla y Zaragoza, respectivamente.
En este sentido, estas fuentes destacan que el esquema será el “normal”. Eso sí, apuntan a una ministra como número dos. En esta ecuación podría entrar Teresa Ribera, la vicepresidenta tercera del Gobierno, toda vez que Nadia Calviño, vicepresidenta primera, que no pertenece al partido, ha dejado claro que no irá en ninguna lista, como tampoco fue en las elecciones de 2019. “Mi compromiso con el proyecto no tiene nada que ver con estar en ninguna lista”, apostilló el pasado miércoles.
En 2019 fue Carmen Calvo quien acompañó a Sánchez. Ahora, la exvicepresidenta primera no figura en los planes del partido para volver a estar incluida en las listas, al menos no por Córdoba, a pesar de que ella misma, pese a ser relegada en dicha formación por su oposición a la ley trans, ha mostrado su predisposición para repetir. “Me gustaría ser parte del futuro”, subrayó recientemente, unas declaraciones que compartió el exministro de Transportes, José Luis Ábalos.
La presidenta del Congreso, Mertixell Batet, sí repetirá como número uno por Barcelona, según fuentes del PSC, así como Adriana Lastra hará lo propio por Asturias, tal como confirmó el líder de los socialistas asturianos y presidente del Principado, Adrián Barbón, uno de los pocos barones que han quedado en pie tras el 28-M.
El PSOE propone incluir a barones y alcaldes a modo de recompensa
Por otro lado, tal como reconoció Pedro Sánchez en el Congreso, el resultado de los comicios autonómicos y municipales supuso “un serio retroceso institucional para el Partido Socialista”. “Lo dije el pasado lunes: la primera consecuencia será que magníficos presidentes y presidentas autonómicos, formidables alcaldes y alcaldesas socialistas con una gestión impecable, intachable, se van a ver desplazados; y se verán desplazados a pesar de que muchos de ellos y ellas han visto incrementado su apoyo electoral”, recordó.
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Así las cosas, conscientes del malestar por el resultado electoral tras una campaña local y autonómica con una fuerte presencia de Sánchez, en Ferraz se abren a incorporar en las listas a presidentes autonómicos y alcaldes derrotados en las urnas el pasado domingo. “Estaremos encantados de qué personas que han conseguido tan buenos resultados en sus territorios puedan sumar en las elecciones generales”, reconoció María Jesús Montero.
Dentro de esta propuesta destacarían los nombres de las presidentas de Baleares, Francina Armengol, y La Rioja, Concha Andreu, así como los alcaldes socialistas de Sevilla, Antonio Muñoz, y Valladolid, Óscar Puente, toda vez que Ximo Puig (Comunidad Valenciana) dará la batalla en Les Corts al frente de la oposición, y Guillermo Fernández Vara (Extremadura) intentará ser investido antes de regresar a su puesto como médico forense.
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