El GP de España aprende de sus “inaceptables” errores de organización: “Llevo viniendo 10 años y cuando lo he visto no me lo creía”

La Fórmula 1 criticó duramente la organización de la pasada edición y los directivos del circuito han trabajado para solucionar los problemas. Se reforzó el transporte público, los puntos de información y por primera vez en 33 años hubo agua potable

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Aficionados junto a los boxes de cada escudería (Circuit de Catalunya)
Aficionados junto a los boxes de cada escudería (Circuit de Catalunya)

“Errar es humano, pero sólo los estúpidos perseveran en el error”. Los encargados de la organización del GP España interiorizaron aquella reflexión de Cicerón y convirtieron las críticas organizativas recibidas el año pasado por los dueños de la Fórmula 1, en halagos tras la disputa de la trigésimo tercera edición del GP Montmeló de Fórmula 1. Los 292.488 espectadores que se dieron cita durante todo el fin de semana, cuarta mejor cifra de asistencia de toda la historia en el Circuito de Cataluña, no disfrutaron de una gran actuación de Sainz y Alonso, quinto y séptimo respectivamente en carrera, pero sí de las mejoras implantadas en el recinto para endulzar la experiencia de los aficionados.

Los atascos, desinformación, desabastecimiento de agua, falta de seguridad y colapsos sufrido en la anterior edición, distan con lo vivido el pasado fin de semana. La Fórmula 1 calificó como “inaceptables” aquellos problemas e instó a los organizadores a “solucionarlos para el próximo año”. Dicho y hecho. Se pusieron manos a la obra, trabajaron durante todo el año para resolver los numerosos contratiempos pasados y el resultado fue notable desde el principio de la experiencia.

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Refuerzo del transporte público y puntos de información

Los cuatro kilómetros que separan la estación de Montmeló con el circuito ya no fueron un infierno a recorrer bajo el sol. Una fan zone, donde se podía disfrutar de simuladores, actividades y compra de merchandising, hicieron más ameno el trayecto hasta la parada de autobuses, a mitad del recorrido para llegar al circuito. Allí, una larga fila de autobuses esperaban a los miles de aficionados que, a diferencia del año pasado, podían comprar los billetes bajo una novedosa carpa señalizada que acabó con la anarquía de la anterior edición.

La recta de meta del Circuito de Cataluña llena de aficionados tras el Gran Premio de España de F1 (Alejandro Peinado)
La recta de meta del Circuito de Cataluña llena de aficionados tras el Gran Premio de España de F1 (Alejandro Peinado)

Los refuerzos en el transporte público se notaron. El tiempo de espera entre autobuses disminuyó y, una vez llegados a los inmediaciones del circuito, los puntos de información entraron en escena. Agentes de movilidad del ayuntamiento, carteles y trabajadores del circuito indicaban a cada aficionado el camino a seguir para llegar hasta su zona de acceso donde también policías y empleados del circuito cacheaban y validaban las entradas. “Hace un año tardé casi tres horas en llegar desde la estación a la grada, esta vez poco más de una hora. Se han notado las mejoras”, expresa a Infobae España una aficionada.

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y a la 33ª edición... apareció el agua

El principal cambio respecto al año pasado ha sido sin duda la disponibilidad de agua potable en el circuito. Gracias a la canalización procedente del municipio de Montmeló, los aficionados dispusieron de agua potable dentro del recinto... ¡por primera vez en la historia! “Lo he visto y no me lo creía. Llevo viniendo más de diez años a Montmeló y nunca había podido hidratarme sin gastar mínimo cinco euros”, revela a Infobae España otro aficionado tras ver una de las novedosas fuentes para rellenar la botella con agua potable.

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El agua no estuvo sola en la lucha por combatir las altas temperaturas. Carpas gigantes con más zonas de restauración y de sombra, ayudaron a los aficionados a no sufrir el agobio del año pasado. Además, la reforma en los lavabos permitió evitar desbordamientos y su consiguiente inutilización. “Jamás había visto algo tan sucio y guarro como lo que vi el año pasado en los baños... ¡Había que entrar con katiuskas! Este fin de semana se podía acceder y disponer de agua, vamos avanzando” explica entre risas irónicas una aficionada a Infobae España.

El entretenimiento estuvo presente antes y después del Gran Premio

Las mejoras fueron más allá. En la fan zone situada detrás de la tribuna principal, los aficionados disfrutaron de actuaciones musicales, retos de paradas en boxes, simuladores, zona de niños, un podio similar al oficial y actividades de realidad aumentada. Mientras que en la pelouse joven, los espectadores presenciaron las actuaciones de artistas como Lolo & Sosaku, DJ Buenavista, Bluma Beat y Lau Neve entre el sábado y el domingo.

Eso fue antes de que se apagara el semáforo, pero cuando Verstappen alzó al cielo de Barcelona el trofeo que le acreditaba como campeón de la carrera, el entretenimiento continuó. Los aficionados pudieron bajar a la pista y recorrer el circuito hasta la tribuna principal, donde los ingenieros de Fernando Alonso y pilotos como Lando Norris hicieron las delicias del público que estuvo allí congregado hasta dos horas después de la finalización de la carrera. Tiempo superior al permitido el año pasado. Sin duda la organización del circuito aprendió de los errores de la anterior edición y buscará seguir está línea para convencer a la FIA y evitar que Madrid le quite el Gran Premio de España.

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