La explosión del multiverso en el cine y la cultura contemporánea

El multiverso, ese concepto que ha aparecido sin previo aviso y que está destinado a quedarse incrustado como una manifestación de la cultura popular de nuestro tiempo. Se trata de un término científico que se emplea para describir la idea de que, más allá de nuestra realidad observable, pueden existir otros universos que se desarrollan de forma paralela. ¿Realidad o invención?

Lo cierto es que esta hipótesis ha servido para configurar una buena parte de las ficciones de nuestro tiempo, como si se necesitaran encontrar otras alternativas para evadirse de un mundo lastrado por las crisis económicas, políticas, sociales y medioambientales que nos asolan.

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Precisamente este año se coronaba en los Oscar una película que se insertaba dentro de este ámbito, Todo a la vez en todas partes, de los Daniels, que consiguió siete premios Oscar y que se ha convertido en una especie de enseña de esta corriente. Una de las razones de su éxito tiene que ver con la visibilización de la comunidad asiático-americana tantas veces defenestrada, pero también con la manera de entablar una conversación directa con la nuevas generaciones, acostumbradas a las píldoras de Tik Tok y a las fórmulas de comunicación a través de los adelantos tecnológicos que se encargan de establecer un diálogo en torno a la identidad. En Todo a la vez en todas partes se integraba el espíritu de nuestro tiempo, anárquico, hiperconectado, en el que todo se funde y se confunde en un magma confuso, con ese concepto de que existen otras versiones de nosotros mismos en dimensiones paralelas.

Esta moda en torno a la posibilidad de otras esferas de la realidad, se ha convertido en un fenómeno desde que Marvel tomara la delantera introduciéndola en sus ficciones para expandir su universo y dotarlo de una dimensión más contemporánea. Su última apuesta es Spider-Man: cruzando el Multiverso, continuación de la película galardonada con el Oscar en la categoría de animación Spider-Man: Un nuevo universo (2018), que abrió toda una serie de posibilidades argumentales para los personajes de su mitología, convirtiéndose en una puerta de entrada a la reformulación del relato clásico que hasta el momento habían practicado. A partir de ese momento, todo era posible.

Por eso, ese concepto se introduciría en todo su canon de superhéroes, en Doctor Extraño y el propio Spider-Man, sus máximos exponentes en sus últimas películas en, Doctor Extraño en el multiverso de la locura (2022) y Spider-Man: No Way Home (2022) en la que se reunían todos los actores que habían interpretado al personaje en una vuelta de tuerca meta-referencial que tiene mucho que ver con el ‘crossove’r narrativo para impulsar la franquicia.

Pero los universos alternativos estaban mucho antes que estas propuestas que ahora nos invaden. Aunque fuera de manera mucho más simplista de lo que podamos encontrar en que esta ola de ficciones contemporáneas, ya en El mago de Oz estaba presente esta idea de poder acceder a otra dimensión, en la que la realidad y la fantasía se funden y se confunden. Pero en realidad, no sería un ejemplo que se constriña a la definición que nos atañe, en la que también se introduciría Alica en el país de las maravillas y sus múltiples interpretaciones en las que, al introducirnos en la madriguera de conejo, accedemos a un espacio alejado de la lógica y en la que todo se vuelve del revés. Tampoco se trata de hablar de viajes en el tiempo y de paradojas temporales como podemos encontrar en películas tan diversas como Atrapado en el tiempo, Donnie Darko o Feliz día de tu muerte, porque aquí de lo que se trata es de que haya versiones de uno mismo en otras dimensiones.

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En ese sentido, series como Lost o Fringe, se erigieron como pioneras a la hora de plasmar este concepto cuando todavía ni siquiera se había asentado en el imaginario colectivo. Ese germen se mantendría en ficciones como The OA o The Leftovers, en las que parece existir otro estadio diferente al que nos encontramos y en el que lo que ocurre en otra dimensión, parece tener una repercusión en nuestra realidad.

Sin embargo, han sido las películas de índole independiente, de carácter syfy, más allá de los sellos Marvel y DC, y que conectan a la perfección con el espíritu de Todo a la vez en todas partes, las que se han encargado de forma silenciosa en dotar de consistencia a esta teoría. Por ejemplo, lo encontramos en Coherence (2013), en la que se explora la teoría de los universos paralelos de manera prodigiosa en una película repleta de ideas, o en la serie Devs, creada por Alex Garland, artífice de Ex Machina o Men, en la que se juega a ser Dios con los acontecimientos del pasado creando paradojas temporales a través de una percepción existencial.

Resulta curiosa una película como The One (El único), que data de 2001, protagonizada por el héroe de acción hongkonés Jet Li ,en la que ya se planteaba la idea de un departamento del multiverso, en la que un investigador había recorrido 123 universos persiguiendo a criminales y había ido absorbiendo habilidades sobrehumanas poniendo en peligro el equilibrio entre todas las realidades.

El cine no ha inventado nada, en realidad, todo se transforma de acuerdo a las nuevas expectativas. Han existido muchos teóricos que han planteado estas cuestiones. Es el caso de Michio Kaku, divulgador científico especialista en una teoría relativista que cuestiona los principios clásicos de la física cuántica y que les otorga un nuevo valor, aportando la posibilidad de portales dimensionales inexplorados. Pero también hay tratados primigenios, como Planilandia, de Edwin A. Abbott, una obra de la época victoriana que fue una de las primeras en tratar el tema bidimensional. También se podría trasladar a H.P. Lovecraft y sus entidades que intentan penetrar en nuestro mundo o La torre oscura de Stephen King, que si fuera destruída, terminaría con el multiverso.

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¿Y qué decir de El jardín de los senderos que se bifurcan de Borges? Un cuento que presagiaría la interpretación de múltiples mundos dentro de la mecánica cuántica tal y como establecería el filósofo inglés Olaf Spaplendon en una de sus líneas de pensamiento.

El multiverso está aquí para quedarse. Solo quedan saber cuáles serán sus repercusiones en nuestro pensamiento y en nuestra forma de ver el mundo, lo cual no deja de tener reflexiones de lo más inquietantes.

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