Sin tiempo para digerir lo ocurrido en Mónaco, la Fórmula 1 aterrizó en el circuito de Montmeló bajo las mismas condiciones climatológicas que condicionaron el fin de semana en Montecarlo: la lluvia. La pista mezclaba sectores secos con zonas mojadas que complicaban la conducción a los pilotos, pero ni por esas falló Verstappen a su cita con la pole position. El holandés, dominador de todo el fin de semana, volvió a ser el más rápido en una clasificación marcada por las sorpresas.
Fernando Alonso acusó durante toda la sesión su escapada de pista en la Q1. Se fue largo cuando encaraba la última curva para realizar la vuelta lanzada y su excursión por la grava dañó el fondo plano del monoplaza que los ingenieros, pese a trabajar en su reparación en cada descanso, no pudieron arreglar al 100%. Se notó que el coche del asturiano no ofrecía el máximo de sus prestaciones, rodó más lento de lo que lo venía haciendo a lo largo del fin de semana y no pudo mejorar el noveno puesto desde el que saldrá mañana, aunque una posible sanción a Gasly podría hacerle ganar una posición.
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Sainz, el primero de los mortales
Las dificultades sufridas por Fernando contrarrestan con las buenas sensaciones que ha mostrado Carlos Sainz con su Ferrari. El piloto español, motivado por el apoyo de la afición española, ha cuajado una gran clasificación en un circuito que se le da de maravilla. Su Ferrari se ha adaptado perfectamente a la combinación de curvas de alta y baja velocidad que tanto ponen a prueba el agarre aerodinámico de los monoplazas en Montmeló y fue el único capaz de plantar cara a Verstappen.
Cierto es que no tiene ritmo para batallar con el Red Bull a 66 vueltas, pero el segundo puesto en la clasificación le da opciones en la primera curva. En Motmeló existe una distancia considerable desde la parrilla hasta la primera frenada y, teniendo en cuenta el ritmo endiablado que posee el Red Bull, esa puede ser la única oportunidad que tenga para lanzarle el ataque a Verstappen. Opción que le hubiera gustado tener a su compañero de equipo, Charles Leclerc cuya clasificación ha sido desastrosa. Ausente de ritmo, no superó la Q1 y mañana le tocará remontar.
Pérez sigue negado y los Mercedes casi se autoeliminan
No han sido los mejores siete días de Checo Pérez. El mexicano ha extendido a Montmeló su mala actuación en el último gran premio donde una mala clasificación le condenó fuera de la zona de puntos en la carrera. De momento, en Barcelona ya ha reeditado la primera mitad de aquel fin de semana negro para él. Superó la Q1 por los pelos, pero la Q2 fue su tumba. El mexicano se fue a la grava cuando estaba en vuelta rápida y en el siguiente intento no logró mejorar el tiempo. Sus neumáticos, sucios debido a su excursión por fuera del trazado, le impidieron mostrar un mejor ritmo.
Más fortuna, dentro de lo ocurrido, corrieron los Mercedes. La escudería alemana metió el coche de Hamilton en la Q3, pero estuvo a punto de no hacerlo con ninugno de sus dos monoplazas. Hamilton y Russell se tocaron en plena recta, pero el expiloto de Williams fue el único que salió mal parado. Perdió la vuelta y se quedó con el alerón tocado. A Hamilton por su parte le dio para alcanzar el quinto puesto.
Verstappen y Carlos Sainz se jugarán la primera posición el los primeros metros, mientras que Fernando no se esconde pese a su mala clasificación. “Ha sido un sábado difícil, pero soy optimista. Teníamos ritmo para ser segundos si no llega a ser por los daños en el fondo plano”. Mañana, ante su afición, buscará conseguir un nuevo podio.
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