La paridad llega a los permisos por nacimiento, pero no a las excedencias: las mujeres cogen el 84%

Los cambios legislativos han conducido a que los hombres con permiso por nacimiento sean casi el mismo número que las mujeres, aunque persisten las brechas en las excedencias y en otros aspectos del mercado laboral, como los puestos de responsabilidad

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Una mujer cuida de un bebé. (Pixabay)
Una mujer cuida de un bebé. (Pixabay)

Las personas que no trabajan pese a tener un empleo como consecuencia de estar disfrutando de un permiso por el nacimiento de su hijo o hija se han disparado en los últimos años y alcanzaron la cifra de 151.651, según la EPA, en el primer trimestre de 2023, un 74,14% más que en el mismo periodo de 2019. Este número es además el mayor de la serie histórica que mide el INE desde 2008 y responde al alcance casi total de la paridad a este tipo de permisos tras los diversos cambios legislativos.

Fedea y BBVA Research han destacado esta “convergencia” en los permisos por nacimiento en la nueva edición trimestral de su observatorio laboral, avisando, sin embargo, de la brecha de género que persiste en las excedencias, situación en la que el trabajador continúa su relación laboral con la empresa sin trabajar a cambio de que esta no le retribuya pero sí conserve el derecho a reincorporarse a su puesto.

Según los datos de este observatorio, obtenidos de los microdatos de la EPA, 82.490 mujeres estaban disfrutando del permiso por nacimiento durante los primeros tres meses del año frente a los 69.161 hombres. Aunque existe una diferencia, el número de hombres con este permiso ha aumentado en un 309,5% en comparación con 2019. No sucede lo mismo en las excedencias, ya que las tenían 25.600 mujeres en el primer trimestre frente a 5.022,27 hombres, lo que supone que el 83,6% las asumen ellas.

El permiso por nacimiento de hijo para la madre es de 16 semanas desde los años 90, pero el de los padres ha ido incrementándose. En 2007 era tan solo de 15 días obligatorios que se convirtieron en 28 días en 2017 y después tuvo incrementos prácticamente anuales hasta igualarse al de las mujeres en 2021 por la entrada en vigor del Real Decreto-Ley de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres.

Alcanzar esta paridad ha conllevado, según ha expuesto el investigador de Fedea Florentino Felgueroso, que el número de horas de trabajo de los hombres haya crecido menos que el de las mujeres en los últimos trimestres. Esto ha hecho posible la reducción de las diferencias de género en el número total de horas de trabajo efectivas en 2021 y 2022 después de una década de estancamiento. La contribución femenina a la ocupación total ha crecido 0,51 puntos porcentuales en 2021 y 0,09 pp en 2022, mientras que la contribución a las horas trabajadas totales ha aumentado 0,46 pp en 2021 y 0,42 pp en 2022.

Según ha señalado Libertad González, profesora de economía en la Universidad Pompeu Fabra que ha participado en la presentación del observatorio, también se ha reducido en parte la brecha en la ocupación. Según la EPA, la tasa de ocupación en el primer trimestre fue del 66,6% para las mujeres y, aunque la de los hombres continúa bastante por encima (76,9%), la diferencia es ahora de 10,3 puntos en vez de los 11,9 puntos anteriores a la pandemia (primer trimestre de 2019).

González ha defendido que está por ver si este aumento en la duración de los permisos de los padres “se ha traducido en una reducción de la brecha de género en otras secciones” del mercado de trabajo, como la salarial, variable para la cual no hay suficientes datos a tiempo real. Además, ha considerado que la manera de que se equipare el reparto de las excedencias por cuidado de hijos sería tener legisladas “excedencias para madres y excedencias para padres”. Esto se debe a que cuando las políticas de familia “son neutrales”, como también pasa con las reducciones de jornada, “las tienden a utilizar las madres de manera desproporcionada, pero si hay una especialmente reservada para los padres sí que la utilizan”.

La brecha continúa en los cargos con responsabilidad

Las mujeres fueron el 45,77% de los ocupados en el sector privado en 2022 según la EPA, pero siguen teniendo una sobrerrepresentación en los puestos más bajos, de empleados, y una infrarrepresentación en cargos con poder de mando. Según detalla el observatorio a partir de datos de la submuestra anual de la EPA, las mujeres representan el 47,66% de los empleados sin subordinados del sector privado, mientras que solo son el 33,13% de los encargados y el 35,31% de los directores de empresa.

Lo mismo se reproduce en el sector público, ocupado en un 59,29% por mujeres el año pasado. Los puestos de empleados tuvieron una presencia femenina del 62,16%, mientras que los puestos de encargado solo un 45,94% y los de director un 53,7%. El peso de las mujeres en las ocupaciones con trabajadores a cargo ha ido aumentando en los últimos años, pero de manera muy tenue.

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