La inesperada convocatoria de elecciones generales para el próximo 23 de julio ha puesto en jaque a Correos, que dispondrá de 13.000 empleados menos que estarán disfrutando de las vacaciones que ya habían solicitado con anterioridad al anuncio de Pedro Sánchez. Para paliar esta situación, la empresa postal contratará a 5.500 trabajadores de refuerzo, una cifra que solo cubre el 40% de los trabajadores que estarán fuera en esas fechas, añadiendo más presión al organismo en unos comicios donde se espera que el voto por correo marque récord.
Correos, que en la actualidad cuenta con 53.000 trabajadores, será el encargado de gestionar el voto por correo –cuyo plazo finaliza el 13 de julio, diez días antes de la celebración de los comicios–, así como de trasladar estas papeletas a los colegios electorales el día 23 de julio. Sin embargo, al coincidir con el periodo estival, el organismo no contará con el 100% de su plantilla.
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Concretamente, según el calendario laboral de Correos para 2023, “la ordenación de las vacaciones en los centros de trabajo se efectuará de acuerdo con los períodos y porcentajes estipulados”, que suponen una reducción de la plantilla del 20% en la primera quincena de julio y del 25% en la segunda, lo que se traduce en 10.600 y 13.200 trabajadores menos en cada periodo. Desde el sindicato CSIF, aseguran que, en la práctica, estos porcentajes suelen ser más elevados, por lo que las plantillas pueden verse aún más mermadas.
Este descenso de la plantilla no parece que vaya a ir acompañada de una reducción del volumen de trabajo, ya que el voto por correo va a ser determinante en estos comicios. Y es que, tras la apertura del plazo para solicitarlo, se ha producido una avalancha de peticiones, con más de 15.000 solicitudes en solo tres horas. Pese a ello, Correos se ha comprometido a mantener las vacaciones de todos los trabajadores que ya las hubiesen solicitado, aunque ha abierto la puerta a que -de manera voluntaria- los trabajadores puedan modificar los días seleccionados con el fin no generar un “colapso” del organismo en unas fechas tan cercanas a las elecciones generales.
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Refuerzos
Para paliar esta situación, Correos prevé formalizar 5.500 contratos de refuerzo de cara al 23-J. Una contratación poco ambiciosa teniendo en cuenta que no cubre ni la mitad de los trabajadores que se van de vacaciones. La empresa postal ha obviado así las peticiones de los sindicatos que solicitaban un aumento de los refuerzos mucho más ambicioso del que se realizó en los comicios del pasado 28-M. Para estas elecciones autonómicas y municipales Correos realizó 2.500 contratos de refuerzo, una cifra que no compensaba el aumento del volumen de trabajo. “No hubo ni para empezar. La obsesiva política de ahorro de la empresa no vale esta vez” apuntan desde el sindicato.
Ante este escenario, la CSIF exige que las horas extras no pueden volver a pagarse a 12 euros, como paso en los últimos comicios, sino “con una remuneración a la altura del esfuerzo y de las circunstancias que se viven”. Los sindicatos reclaman poner fin al abandono al que llevan años sometidos, y aseguran que la plantilla lleva mucho tiempo bajo mínimos. “No se cubren apenas bajas, jubilaciones ni traslados de empleados, lo que provoca que los trabajadores actuales no puedan asumir situaciones como esta en la que el trabajo se va a multiplicar” aseguran.
Voto por correo
Los sindicatos prevén un récord del voto por correo, que rozaría los dos millones de solicitudes, superando el máximo que se registró en junio de 2016, con 1,45 millones de solicitudes. Hasta el 13 de julio está abierto el plazo de solicitud, que deberá formularse personalmente y con el documento nacional de identidad para solicitar el voto por correo dentro de España, que debe remitirse por vía certificada no más tarde del 19 de julio. El impreso de solicitud se puede descargar en la web del Ministerio del Interior y presentarse por vía telemática en la página de Correos o de forma presencial en una oficina.
Días después, el interesado recibe en su domicilio un sobre con las papeletas de cada formación política, el certificado de inscripción en el censo y otro sobre con la dirección de la mesa donde le corresponde votar. Escogida la papeleta e introducida en el sobre correspondiente, lo cerrará para meterlo en el otro sobre dirigido a la mesa electoral, donde además incluirá el certificado de inscripción en el censo. Una vez remitido el voto, el elector ya no puede votar presencialmente.
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