Vox no impedirá gobiernos del PP y se abre a pactos ‘a la madrileña’

El partido de Santiago Abascal mantiene que su prioridad es acabar con las políticas de la izquierda

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El líder de Vox, Santiago
El líder de Vox, Santiago Abascal, en la sede nacional del partido, en la calle Bambú (Ricardo Rubio / Europa Press)

Todo apuntaba a que las negociaciones entre el PP y Vox para formar coaliciones se iban a producir al día siguiente de las elecciones del 28-M. Pero de momento entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal solo se han producido contactos “informales”. Con unos resultados territoriales arrolladores por parte de los azules y la convocatoria anticipada de elecciones generales, el PP ha cambiado de tercio y trata de evitar a toda costa las negociaciones con Vox en los territorios donde necesitan su apoyo para formar gobierno: Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, Baleares y Murcia (en las dos últimas les basta con su abstención).

La Dirección Nacional del PP asegura que da libertad a los barones para decidir sobre sus pactos, “tenemos que ver lo que dice cada partido, cada territorio tiene unas circunstancias”, señalan desde Génova, aunque Feijóo reunió el martes a sus candidatos y les pidió gobiernos “estables” y “sin trincheras”. Algunos recogieron el guante y comenzaron a plantearse alternativas para evitar los acuerdos con Vox, al menos antes de las elecciones del 23-J. Varias fuentes territoriales coinciden en la posibilidad de someterse a una primera investidura sin negociar para “retratar” a los de Abascal en las generales, porque no permitir un gobierno del PP es “tiro en el pie” en la estrategia nacional del partido.

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Por su parte, Santiago Abascal advirtió a Feijóo en los últimos días que no esperase “regalos” y aseveró que no aceptarían chantajes. Pero las llamadas entre Génova y Bambú siguen sin producirse. “Lo único que estamos esperando es que nos llamen y nos hagan una propuesta, luego se irán tomando decisiones”, señalan fuentes de Vox, que reducen los contactos con el PP a llamadas telefónicas para felicitarse mutuamente por los resultados del 28-M.

El caso de Ayuso y Monasterio

Los de Abascal mantienen su estrategia nacional, “vamos a contenidos de acciones políticas, no a mera aritmética”, señalan. Por lo que Vox priorizará “acabar con las políticas de izquierda”, lo implica no impedir la formación de gobiernos del PP en las comunidades donde Vox sea necesario. Esto abre la vía de unas negociaciones ‘a la madrileña’, como las que el PP de Isabel Díaz Ayuso mantuvo con la líder de Vox de Madrid, Rocío Monasterio, en 2021.

Monasterio apoyó la investidura de Ayuso en primera votación sin pedir entrar en el gobierno, pero con la condición de asumir el papel de ‘socios prioritarios’ de la presidenta madrileña y tener voz para condicionar algunas de sus políticas. La primera demostración fueron los presupuestos autonómicos de 2022. Ayuso compró las 13 exigencias de Vox a cambio de su apoyo para sacar adelante las cuentas, entre ellas una auditoria de las subvenciones concedidas a los menores extranjeros no acompañados, o la reducción de la aportación a Telemadrid. Además, ambos partidos se comprometieron a no alcanzar acuerdos con los grupos de la izquierda.

Sin embargo, este modelo de coalición tenía los días contados y Ayuso y Monasterio lo rompieron tras meses de tensiones y al no alcanzar un acuerdo para aprobar los presupuestos de 2023, que finalmente no salieron adelante.

Con el panorama poselectoral de 2023, los pactos ‘a la madrileña’ podrían darse en la Generalitat Valenciana entre Carlos Mazón (PP) y Carlos Flores (Vox); en Aragón entre Jorge Azcón (PP) y Alejandro Nolasco (Vox) y en Extremadura entre María Guardiola (PP) y Ángel Pelayo (Vox). En Baleares y en Murcia el PP suma más que la izquierda, por lo que bastaría con una abstención de Vox para investir a los candidatos ‘populares’, pero desde el partido de Abascal insisten en que su prioridad va a ser el “contenido” político y no la “aritmética”.

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