Los beneficios empresariales superan con creces la pandemia mientras los trabajadores pierden un 4% de poder adquisitivo

El Consejo Económico y Social detecta que existen “efectos de segunda ronda” desde 2021 y los atribuye en un 90,7% al crecimiento de los márgenes empresariales

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño y la vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Congreso de los Diputados)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño y la vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Congreso de los Diputados)

El órgano consultivo del Gobierno en materia socioeconómica y laboral, el CES, ha avisado en su última memoria anual de la erosión que han producido las subidas de precios a los trabajadores en contraste con la recuperación de los beneficios empresariales, pese a mostrar diferencias por sectores.

Según ha explicado a la prensa este miércoles el presidente de la Comisión de Trabajo encargada de la memoria, Raymond Torres, los beneficios empresariales son ya un 3,1% superiores a los de antes de la pandemia mientras que las rentas laborales están un 2,9% por debajo de las de 2019. Lo que equivale a una pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores del 4,1%.

Esta situación se produce a pesar de las medidas que ha tomado el Ejecutivo para paliar los efectos de la crisis inflacionista en hogares y empresas y alimenta uno de los principales riesgos que detecta el CES para la economía española: que la inflación se resista a bajar por componentes internos. En concreto, Torres ha explicado que la presión interna a la inflación se detecta por el crecimiento del deflactor del PIB, índice que mide la variación de precios de los bienes y servicios producidos en una economía.

El deflactor del PIB ha mostrado una tendencia alcista en los últimos trimestres, marcando un aumento del 6,2% para los tres primeros meses de 2023 respecto a 2019. Con estos datos, el CES afirma en su memoria algo que ni el Ejecutivo ni instituciones como el Banco de España y la AIReF se han atrevido a asegurar hasta el momento: a partir del cuarto trimestre de 2021 se produjeron “efectos de segunda ronda” que alimentaron internamente la inflación y se deben, mayoritariamente, a la evolución del excedente bruto de explotación, es decir, al valor generado por las empresas tras descontar los costes laborales y los impuestos netos de subvenciones.

“Durante el año pasado, el excedente bruto unitario de las empresas explica el 90,7% del aumento del deflactor del PIB, frente a un 10,9% que aportan las rentas del trabajo unitarias y una contribución negativa del 1,6% de los impuestos unitarios netos sobre la producción”, especifica la memoria. Durante la presentación, Torres ha añadido que los efectos de segunda ronda solo se pueden “evitar por completo” si las empresas “solo repercuten una parte del encarecimiento de los costes”, algo que no estaría sucediendo a tenor del análisis del CES.

No obstante, cabe recordar que hay ciertos sectores, como la construcción y algunas manufacturas, que todavía no han recuperado los niveles de márgenes anteriores a la pandemia, al contrario que las energéticas y el comercio al por mayor. Además, el CES no detalla en la memoria qué parte del incremento de los márgenes empresariales se debe a los mayores costes de producción por la propia inflación y qué parte correspondería a la finalidad de aumentar beneficios aprovechando la situación.

¿Es suficiente el acuerdo salarial entre patronal y sindicatos?

El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Antón Costas, ha apelado en este contexto a la importancia del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) firmado por patronal y sindicatos para el periodo 2023-2025. “Debería contribuir a recuperar parte del poder adquisitivo perdido”, ha afirmado Costas. Los incrementos salariales pactados en 2022 en los convenios colectivos se han situado muy por debajo de la inflación, aunque 2023 ha empezado con subidas mayores.

Los sindicatos CCOO y UGT pactaron el AENC, pero habían reclamado anteriormente ligar los incrementos salariales de cada sector a la evolución de los márgenes empresariales y pidieron al Gobierno que elaborara un indicador para ello. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, recogió el guante y anunció la creación de un observatorio de márgenes con datos ya disponibles, aunque sin estar vinculado a la negociación colectiva, algo en lo que sí insiste la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

La convocatoria de elecciones generales ha frustrado las iniciativas legislativas del gobierno de coalición, pero este observatorio aún tendría posibilidades de ver la luz antes de los comicios: “Los temas que no son del ámbito parlamentario pueden, en principio, seguir su curso, como marco general”, apuntan desde el Ministerio de Asuntos Económicos. La patronal ha mostrado reticencias a esta herramienta por considerarla “intervencionista”.

“Primavera económica” pese al agotamiento del ahorro

La memoria muestra que la renta disponible de los hogares se redujo un 4,4% en términos reales (deflactando con el IPC) como consecuencia de las tensiones inflacionistas. Los hogares agotaron en 2022 prácticamente todo el ahorro acumulado durante la pandemia, por lo que la tasa de ahorro se redujo 6,6 puntos porcentuales respecto al año anterior, situándose en el 7,2% de la renta bruta disponible.

Consecuencia de ello, el consumo se debilitó y aportó menos al PIB, pero aún así la economía se ha mostrado “más resiliente de lo anticipado”, viviendo una “primavera económica inesperada”, según Costa. El crecimiento terminó siendo del 5,5% en 2022, según el INE, de manera que la recisión “pronosticada de forma continua no llegó”, ha detallado el presidente del CES. El organismo atribuye esta resiliencia de la economía española al auge de las exportaciones y del turismo, y al buen comportamiento del mercado laboral.

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