Inés Arrimadas ha comunicado el fin de su carrera política. Tal y como ha avanzado VozPópuli, y luego ha confirmado la propia exdirigente, la que fue líder de Ciudadanos tras la dimisión de Albert Rivera, ante el batacazo electoral de los naranjas en las elecciones generales de noviembre de 2019, deja la política. Arrimadas, de esta forma, pone punto y final a su carrera política después de que el órgano de dirección de Ciudadanos decidiese no concurrir a las elecciones generales del próximo 23 de julio.
Aunque se ha mostrado favorable a esta decisión, “difícil”, pero la “más responsable”, Arrimadas ha explicado en una rueda de prensa en el Congreso sin preguntas que abandona su carrera política al entender que esta función “tiene que ser solo una etapa”. “Inicio una nueva etapa al margen de la política, pero mantengo mi compromiso con la España que creo”, ha reflexionado.
Edmundo Bal, número dos de Arrimadas en el parlamento también ha confirmado que solicitará su reincorporación a la abogacía del Estado tras finalizar sus labores en la Comisión Permanente del Congreso de los Diputados. En conversación con Infobae España, ha confirmado la información y ha mantenido que no dejará de militar en el partido a pesar de reconocer que “con esta dirección no iría ni a la vuelta de la esquina a comprar tabaco”, el diputado mantiene que la decisión de la dirección de no presentarse “es una traición” y ha descartado por completo sumarse a las filas de ningún otro partido.
Una década en política
Arrimadas desembarcó en la política nacional en 2018 después de firmar el mejor resultado electoral de la formación en Cataluña, el lugar donde unos años antes Ciudadanos había sido fundado. La portavoz del grupo parlamentario en el Congreso tuvo que conformarse con ese cargo, después de sucesivas derrotas electorales, primero en Cataluña (perdió 30 escaños con respecto a 2017), luego en Madrid, Castilla y León y Andalucía (en la primera y última comunidad se quedó sin represnetanción), que precipitaron un cónclave para elegir nueva dirección.
Antes de su desaparición en algunos de estos territorios, los naranjas asistieron a una opa hostil por parte de la dirección del Partido Popular de Pablo Casado. Casado quiso captar la gran mayoría de cuadros de Ciudadanos tras la presentación de una moción de censura en Murcia que resultó un completo fracaso, borrándoles del mapa en la Comunidad de Madrid y del gobierno murciano.
Su desaparición en cada una de las citas electorales y el apoyo de los de Arrimadas a la ley del solo sí es sí aumentó las tensiones entre las diferentes almas del partido, obligando a convocar un Congreso Extraordinario al que Arrimadas no se presentó y en el que Edmundo Bal acabó derrotado. Eso sí, ambos mantendrán la militancia en el partido.
Desde enero, Arrimadas formaba parte de su Comité Nacional, que cuenta con medio centenar de miembros. En su despedida en el Congreso, ha dado las gracias a su partido, un “proyecto imprescindible para España”. También, ha agradecido a Albert Rivera y a sus compañeros del Parlamento catalán y de la Cámara Baja. “Y a todos los adversarios políticos porque de todos ellos he aprendido mucho”, ha confesado visiblemente emocionada.
Asimismo, a pesar de los continuos batacazos electorales de su formación, ha puesto en valor su papel en Cataluña, al “enfrentar al nacionalismo sin complejos”. “Cs sigue siendo la referencia independentista en Cataluña”, ha declarado, aunque la formación es ya casi una fuerza residual en la cámara catalana.
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