Fernando Verdasco es conocido a lo largo y ancho del mundo por ser uno de los mejores tenistas de la historia de España y, sin embargo, sigue siendo todo un misterio en lo que se refiere a su vida personal. Y eso que forma parte, de manera política, de unas de las familias más conocidas del papel couché pues está casado con Ana Boyer, la hija de Isabel Preysler y del desaparecido político Miguel Boyer.
Forman una de las parejas más sólidas del panorama nacional: llevan diez años juntos, se casaron hace cinco en una remota isla del Caribe y tienen dos hijos en común, Miguel y Mateo. Además, tienen una vida nómada que despierta mucha curiosidad, ya que hace años Ana decidió dejar su trabajo como abogada para poder estar más cerca de su marido.
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De todo esto y mucho más han hablado en Mi casa es la tuya, donde han concedido su primera entrevista televisiva juntos. Cómodos y relajados, Ana y Fernando se han reunido con su familia para charlar con Bertín Osborne, con quien han hablado no solo de sus inicios, también de los momentos que han marcado su historia de amor, de la próxima boda de Tamara Falcó y de sus intenciones de ampliar la familia.
El escenario no podía ser otro que la mansión de Isabel Preysler, ubicada en el madrileño barrio de Puerta del Hierro y donde el matrimonio se queda siempre que se encuentra en Madrid, pues desde el año 2016 reside de manera habitual en Doha, la capital de Catar. “Somos españoles de pura cepa, pero estamos allí genial, se vive muy bien, muy tranquilo, la privacidad y seguridad es increíble”, ha comenzado reconociendo Fernando Verdasco, alabando no solo su país de acogida, también la capacidad que tienen sus hijos de seguir su ritmo de vida para acompañarle en sus compromisos deportivos, “son unos todoterreno (...) no les afecta el jet lag”, ha dicho sobre ellos.
Cómo se conocieron
Discretos a más no poder, hasta este programa ninguno de los dos había hablado sobre sus primeros pasos como pareja. Según han contado a Bertín, se conocieron en un concierto de Enrique Iglesias, concretamente en su marido. Fue un encuentro casual, pues Ana estaba allí apoyando a su hermano y Fernando acompañando a su hermana pequeña, que es muy fan del autor de Súbeme la radio y quería hacerse una foto con él. No comenzaron a salir hasta un año después, pero desde ese momento, según el tenista, supo que iba a ser alguien especial en su vida y es que ella le dio ‘suerte’. “El concierto fue el fin de semana antes del Mutua de Madrid. Justo durante ese Mutua me tocaba con Nadal. Había perdido 13 veces seguidas contra Nadal como profesional. Jugamos y le gané. (...) Dije ‘esto es una señal de Dios’ y ahí fue cuando me replanteé el hecho de dejar a mi novia y empezar a picar piedra”, ha contado.
Durante esa época de ‘conquista’ la pareja tuvo muchas citas: “Las primeras semanas salíamos mucho. La llevaba a todas partes, a cenar, al cine, de discotecas... Yo estaba a pico y pala. Cuando ya se pasó aquello un poco le dije: ‘Oye, que yo me acuesto a las 11′. Ella siempre dice que la engañé, porque lo de fiestero era mentira”, ha recordado entre risas. Pese a todos estos planes, sus comienzos no fueron fáciles ya que el tenista viajaba alrededor del mundo y Ana trabajaba “de sol a sol” en una consultora estratégica, por ello la joven decidió pedir una excedencia en el año 2016 para acompañarle en sus torneos. Fue entonces cuando empezaron a diseñar un plan de vida en conjunto que dio su siguiente paso con la pedida de mano, la cual fue muy curiosa porque hicieron falta varios intentos fallidos.
“Fuimos a la India de vacaciones. Me llevé el anillo, tenía todo preparado. Un día que nos dieron un paseo en camello, nos subieron a lo alto de una colina en la selva, y de repente, con la puesta del sol, me di cuenta de que me había dejado el anillo en la habitación. Era perfecto, pero se me pasó la oportunidad”, ha empezado contando el deportista. El viaje siguió y volvió a intentarlo en otra ocasión en la que estaban “bajo la luna llena, solos en medio de un campo, rosas por todos lados… Otra vez, se me olvidó el anillo. Pero pensé, ‘vamos a Maldivas después, ese es el sitio’. Y llegamos a Maldivas y todos los días lloviendo. Cuatro días diluviando sin parar. Así que me lo traje de vuelta”. Finalmente la pedida fue en la casa que compartían en el centro de Madrid y aunque el escenario era más corriente, para él “fue tipo película, lloré yo más que ella. Fue muy bonito”.
El día más esperado
Ya totalmente integrado en la familia Preysler, Fernando Verdasco espera con la misma ilusión que su mujer el que será el gran acontecimiento del año, la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. La hija más mediática de Isabel Preysler reunirá el próximo 8 de julio a todos sus hermanos, pues también viajarán a Madrid los tres que viven en Estados Unidos, Enrique Iglsias, Julio José y Chábeli.
Si bien todos ellos estaban más que convencidos con la celebración del enlace, Bertín Osborne no dudó en preguntar a su hermana si cree que realmente tendrá lugar el evento. “Por supuestísimo que sí. No digas eso que se me para el corazón”, ha sido la respuesta de Ana, que ha despertado las risas del resto de presentes con su naturalidad.
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