Sorpresa en las filas del PSOE tras la decisión de Pedro Sánchez de convocar elecciones anticipadas el 23 de julio, pero cierre de filas de la cúpula del partido en torno a la convocatoria anunciada por el presidente del Gobierno este lunes a las 11 horas. Esta decisión es la consecuencia más inmediata de los comicios autonómicos y municipales del pasado 28 de mayo, cuyos resultados han teñido el mapa de azul, aunque el PP necesitará a Vox para gobernar en al menos cinco autonomías.
“Como presidente del Gobierno y secretario general del PSOE asumo los resultados y creo que tengo que dar una respuesta. Todo esto aconseja una clarificación de los españoles sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase. Lo mejor es que los españoles tomen la palabra para definir el rumbo político del país”, ha señalado para justificar el adelanto de las elecciones, una cita que no se esperaba hasta finales de 2023.
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El líder del Ejecutivo tomó esta decisión entre la madrugada de este domingo y este lunes por la mañana, y solo la conocía “su núcleo duro”, según señalan fuentes de Ferraz. Tras hacerla pública en una declaración institucional sin preguntas, el secretario general del PSOE se ha trasladado hasta Ferraz para presidir la Ejecutiva Federal del partido.
El resultado es un apoyo sin fisuras de la dirección del partido (como suele ser habitual) a la decisión del presidente al entenderlo como un revulsivo para propiciar un vuelco electoral en pleno momento de euforia para el PP. “Si no hacemos nada, nos desangramos hasta diciembre”, señalan fuentes de Ferraz en relación al adelanto anticipado, una medida que “ya se pudo vislumbrar” en la valoración de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, realizada este domingo, cuando señaló: “Recogemos el guante, entendemos el mensaje y desde ya nos ponemos a trabajar con la misma intensidad”.
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Aunque el PSOE ha perdido la mayor parte de su músculo autonómico y local tras este 28 de mayo, los socialistas se agarran a los “pocos votos de diferencia” que les separan de los de Feijóo, más de 760.000 sufragios. Asimismo, apelan a que en una hipotética traslación de los votos obtenidos este pasado domingo a escaños en el Congreso, mediante el método de la Ley D’Hont, el PP absorbería a Vox y lo poco que queda de Ciudadanos (nueve diputados), pero no sería suficiente para alcanzar la mayoría absoluta.
La reorganización a la izquierda del PSOE
En este sentido, a pesar de la pérdida del poder territorial, el PSOE lo achaca, en parte, a la debilidad de sus socios en los diferentes gobiernos autonómicos. Y es que, Podemos ha quedado al borde de la extinción al quedarse sin representación en Madrid, la Comunidad Valenciana y Canarias, además del fuerte descenso sufrido en Asturias, Aragón y Baleares (solo ha aumentado en Navarra y se ha mantenido en Extremadura y La Rioja).
Por otro lado, Más Madrid no ha superado las expectativas a pesar de mantenerse como segunda fuerza en la capital y la Asamblea, mientras que Compromís ha perdido el liderazgo de los gobiernos de la Generalitat Valenciana y el de la ciudad del Turia. Ante la cita con las urnas y un espacio aún por definir en torno al proyecto de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, la izquierda transformadora tiene el difícil reto de rearmarse en menos de diez días. Una cuestión que “solo les compete” a estas formaciones, ya que según trasladan en Ferraz, “demasiado tiene el PSOE con lo suyo”.
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A pesar de la luna de miel para Feijóo, los socialistas reconocen que con el anuncio de Sánchez, el foco se ha desviado a otro escenario. Además, subrayan el hecho de que las negociaciones para la investidura y los posibles pactos autonómicos entre PP y Vox irrumpirán en la precampaña, por lo que la ultraderecha “no se lo va a poner fácil” a Feijóo, una situación que “le arrastrará”.
En definitiva, el PSOE acepta el reto que supone el adelanto de la convocatoria de las generales como una suerte de revulsivo y mantiene la esperanza a pesar de la situación adversa. “Ahora hay expectativas al menos, aunque salga bien o mal”, resume una fuente de la Ejecutiva, quien insiste en “no dar por muerto” a Pedro Sánchez.
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