Muere de cáncer a los 87 años el peluquero Lluis Llongueras, el ‘Dalí de la peluquería’

Llongueras nació en Esparraguera, Barcelona, el 24 de mayo de 1936, era hijo de un modisto y se inició en la peluquería de forma casi autodidacta

Fotografía de archivo de 2012 del peluquero Lluís Llongueras, que ha muerto en Barcelona a los 87 años. (EFE/Archivo/Marta Pérez)

El peluquero Lluis Llongueras ha fallecido este lunes en Barcelona a los 87 años debido a un cáncer de garganta, han confirmado a EFE fuentes cercanas a la familia.

Apodado el ‘Dalí de la peluquería’, Llongueras nació en Esparraguera, Barcelona, el 24 de mayo de 1936, era hijo de un modisto, se inició en la peluquería de forma casi autodidacta y desarrolló siendo muy joven un nuevo concepto de belleza femenina.

Llongueras marcó una forma de hacer en la estética capilar femenina. Con una energía desbordante, sabía cómo ofrecer a la mujer lo que más la favorecía, y con su sonrisa eterna, voz quebrada y una seguridad firme, supo también conquistar a grandes estrellas.

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Su relación con el mundo de la peluquería la inició a los 14 años y abrió su primer salón en Barcelona en 1958. En los años 60, fue el primer peluquero español en difundir internacionalmente fotografías con sus propuestas de temporada, algo habitual hoy, pero no entonces.

Cada peinado era una propuesta de obra de arte. Por sus manos pasaron las cabelleras de Alain Delon, Cayetana de Alba, Romy Schneider y se dice que fue él quien inspiró el peinado de la reina Sofía. Asesoró también a las infantas Elena y Cristina, y era habitual que Carmen Sevilla, Lola Flores, Massiel y Bianca Jagger reclamaran su atención para mejorar su cabello.

Defender la elegancia de la mujer anónima

Siempre defendió la elegancia y estilo de la mujer anónima. “Cada persona necesita un corte particular, acorde con su trabajo y su forma de vida”. Detestaba la uniformidad estética y estaba convencido de que el estado de ánimo estaba muy relacionado con la imagen.

“Cambiar de imagen puede salvarte la vida”, decía y aseguraba que todo el mundo escondía algún atractivo.

A lo largo de su profesión, Lluís Llongueras logró crear un estilo propio convirtiéndose en un sello inconfundible, aunque insistía en que tan importante es “crear un estilo como ayudar a la persona a definirse a través de su peinado”.

En 1972 inauguró el primer salón unisex de España y en 1976 realizó una serie de monumentales pelucas para Dalí, cliente y amigo suyo, a quién cortaba el pelo y al que realizó postizos para alargar su peculiar bigote.

De hecho, su particular forma de crear, su excentricidad, a veces le llevó a ser apodado el ‘Dalí de la peluquería’. En 1978 sorprendió a la profesión con la creación de las populares ondas Llongueras. Allá donde iban los diseñadores con sus propuestas de moda Llongueras acudía a presentar los peinados y hacía coincidir sus presentadores con los desfiles más prestigiosos.

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