El proyecto del Espanyol queda herido tras el descenso: “Se tienen que preparar para otro mundo”

Albert Riera y Jesús María Lacruz, exjugadores del Espanyol, analizan para Infobae España las causas y consecuencias que tendrá el descenso en el club blanquiazul: “Deberán rehacer la plantilla”

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Javi Puado se lamenta tras encajar un gol ante el Atlético de Madrid.
Javi Puado se lamenta tras encajar un gol ante el Atlético de Madrid.

Espero que el equipo esté en Champions en menos de tres años”. Así se presentó en sociedad Chen Yansheng cuando adquirió la propiedad del RCD Espanyol en 2016. Desde entonces, el club blanquiazul ha estado muy alejado de los puestos de Liga de Campeones y ha sufrido dos descensos a Segunda División en apenas tres años. El último se confirmó este domingo en Mestalla tras el tardío gol de Samu Lino que empató el partido y condenó al Espanyol a la categoría de plata.

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El agónico desenlace supone un mazazo para el proyecto deportivo del club y resta credibilidad a la directiva china que ha sido incapaz de mantener cierta estabilidad en uno de los clubes históricos del fútbol español. Un dato basta para entender la grandeza del club perico: es el quinto equipo con más temporadas en Primera División (87), superando incluso al Atlético de Madrid. Magnitud que no se ha visto reflejada en la historia reciente del club.

Plantilla con calidad para pelear por cotas más altas

Las sensaciones se las lleva el aire si no se refrendan con resultados. Adagio del que puede dar buena fe el equipo de Cornellá. En sus filas han militado esta temporada jugadores de gran calidad como los canteranos Javi Puado y Nico Melamed; el veterano Leandro Cabrera; Sergi Darder, autor de seis goles, dos asistencias y brújula del juego perico; Joselu, máximo goleador nacional con 16 tantos... entre otros. Sin embargo, del dicho al hecho hay un paso que no han conseguido dar.

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Albert Riera, exjugador blanquiazul que ahora cosecha éxitos como entrenador, explica para Infobae España lo difícil que es gestionar este tipo de situaciones. “Es complicado salir de una vorágine de malos resultados. Lo achaco a la atmósfera y ambiente que generan este tipo de situaciones. No se trata de la calidad de los futbolistas, que la de los del Espanyol es mucha, sino de las sensaciones. Un jugador no tiene las mismas sensaciones cuando juega para ganar que para evitar descender. No es cómodo pelear por no bajar. Es difícil salir de una espiral mala de resultados, lo achaco a un factor psicológico”, explica.

Jesús María Lacruz, exfutbolista y excompañero de Albert Riera en el Espanyol, se mantiene en la misma línea y pide el apoyo a los jugadores. “La única razón que lo explica se llama fútbol, está lleno de sorpresas. Normalmente el equipo que tiene mejor plantilla acaba la temporada en mejor posición, pero también suceden este tipo de sorpresas. La plantilla del Espanyol estaba capacitada para luchar por otros objetivos más altos, pero no ha sido así y ha terminando consumándose el descenso. Ahora es momento de apoyar a los jugadores que han puesto todo de su parte para evitar lo que finalmente ha ocurrido”, afirma a Infobae España.

El cambio de entrenador no fue suficiente

La etapa de Luis García al frente del banquillo perico fue precedida por la de Diego Martínez, que comenzó torcida desde el principio. Únicamente ganó dos de sus 16 primeros partidos y no logró encontrar una regularidad en el juego de su equipo. Eso, unido a su poca sintonía con la directiva, acabó propiciando su salida hace poco menos de dos meses. Los cambios, pese a que tengan la mejor intención posible, no siempre se reflejan con resultados.

Joselu celebra su gol ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. (REUTERS).
Joselu celebra su gol ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. (REUTERS).

La decisión de cambiar el entrenador a mitad de temporada es arriesgada. “La llegada de nuevos entrenadores genera cambios en las ideas a los que los futbolistas tienen que acostumbrarse rápidamente, pero tampoco son negativos. Cuando hay una espiral negativa de resultados y el equipo necesita un cambio, el entrenador es lo más fácil. Tiene mucho poder a la hora de cambiar las rutinas y mentalidad, que es lo que se busca cuando llega un técnico nuevo. Por un lado es positivo, pero por otro negativo debido a la adaptación que deben llevar a cabo los futbolistas”, asegura Riera.

Lacruz explica el relevo entre Luis García y Diego Martínez como “una consecuencia de lo ocurrido en el campo. “La inestabilidad en los banquillos suele ir acompañada de la ausencia de buenos resultados sobre el terreno de juego. Lo que se debe valorar en este tipo de situaciones es que la gente que ha estado al mando ha buscado las mejores soluciones posibles para tratar de conseguir el objetivo”.

La directiva, en el punto de mira de los aficionados

Aquella promesa que hizo Chen Yansheng de alcanzar los puestos de Champions estuvo acompañada de la garantía de no traspasar a los grandes jugadores y, año tras año, su palabra ha ido fallando. Joan Jordán, Gerard Moreno, Leo Baptistao, Aarón Martín, Marc Roca, Borja Iglesias, Mario Hermoso y Raúl de Tomás abandonaron la disciplina blanquiazul. La credibilidad del magnate asiático ha caído en picado entre los aficionados pericos que piden su marcha.

El descenso deja muy tocado el proyecto deportivo y directivo del Espanyol. “Se tienen que preparar para otro mundo. Habrá cambios de jugadores, tendrán que rehacer la plantilla, pero deben seguir. La historia del Espanyol está por encima de este tipo de situaciones. El objetivo debe ser volver a Primera cuanto antes. Es normal que los aficionados muestren su descontento con la directiva por el momento que están viviendo. La gestión es importante y debe ser la mejor posible”, argumenta Riera. Bajo el mismo prisma ve Lacruz la situación en los despachos. “Tras un descenso es normal que los aficionados miren al palco. Es una situación complicada, pero no tengo ninguna duda de que todo lo que se ha hecho ha sido por el bien del club y buscando el objetivo que finalmente no se ha producido”.

Tanto Riera como Lacruz, excompañeros durante dos años, coinciden en que, pese al descenso, lo que no faltará será el apoyo de la afición perica. “Tengo claro que seguirán respondiendo, es lo que menos me preocupa. Ellos y el club están por encima de todo”, afirma Lacruz. “Siempre han apoyado y lo seguirán haciendo”, sentencia Riera. La hinchada perica se aferra a la historia para regresar cuanto antes a la élite. Esa que dice que siempre han logrado el ascenso al año siguiente de bajar.

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