Fernando Alonso continúa dando motivos para soñar en el Mundial de Fórmula 1. Cierto es que Red Bull parece inabordable hasta el momento esta temporada, pero el asturiano se niega a dejar de ponerles las cosas difíciles a Max Verstappen y Sergio ‘Checo’ Pérez con su Aston Martin. De hecho, el mexicano, número dos de la escudería austríaca, ya nota el aliento del bicampeón del mundo español en el cogote: Magic se ha colocado a tan sólo 12 puntos de Checo en la clasificación de pilotos.
La regularidad a prueba de bombas de Alonso le otorgó su quinto podio en seis carreras en el Gran Premio de Mónaco, en el que fue segundo para lograr el mejor resultado de la historia de su nuevo equipo. Entre tanto, Pérez sufrió más que nunca este 2023 en un circuito donde ha vivido más decepciones que alegrías a lo largo de su trayectoria: un accidente en la clasificación le obligó a salir último el domingo y, debido a la enorme dificultad para adelantar en las calles monegascas, tan sólo pudo escalar hasta la decimosexta posición.
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La puntuación de uno y la ausencia de la misma por parte del otro este fin de semana han dado como resultado que Alonso, tercer mejor piloto con 93 puntos, tenga a tiro a Pérez, segundo con 105. Es la circunstancia que ha provocado el hecho de que el segundo Red Bull de la parrilla no puntuase por primera vez este curso. Hasta ahora, su peor posición en carrera había sido la quinta plaza en Australia. Mucho menos preocupante para él que el 0 con el que se marchó del Principado, que dejó a Checo realmente enfadado antes de que el Gran Circo llegue a Barcelona.
“Esto es muy frustrante”, reconoció Pérez, que pasó de ganar en 2022 en Mónaco (quizá el mejor momento de su vida en esta prueba marcada, para él, por los sinsabores) a ver cómo el Mundial se le escapa a 39 puntos y Alonso está al acecho. “Sé que mi error (en la clasificación) fue extremadamente costoso. Son 25 puntos (menos), así que estoy muy decepcionado”, consideró también Pérez: aunque mantiene “alguna esperanza” de seguir disputándole el título a su compañero Verstappen, no puede volver a fallar, ni por el neerlandés ni tampoco por el Aston Martin que espera su oportunidad, en el próximo Gran Premio de España.
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“Sé que no me puedo permitir otro cero en el campeonato, así que de verdad espero poder volver a mi nivel normal en Barcelona”, deseó Pérez. Después de “un día difícil” en el que “todo lo que podía salir mal salió mal”, sólo vale recomponerse, y más en una campaña en la que cualquier muestra de debilidad de un Red Bull parece poco menos que prohibitivo.
Alonso no va a aflojar
El fin de semana en Montmeló se presenta, en la teoría, más apetecible para el equipo energético que el que se afrontaba en Mónaco. Esto significaría que volveríamos a la normalidad en el campeonato, aunque Alonso no está por la labor de conformarse de antemano, y menos corriendo en casa. “Tampoco era el más rápido en 2010 y llegué líder a la última carrera de Abu Dabi. Y en 2012 lo mismo y llegué con opciones de título a Brasil. No estamos pensando en el Mundial, pero no nos vamos a olvidar”, avisó el ovetense tras su segunda plaza en Mónaco.
Alonso, como buen depredador del asfalto, estará ahí, agazapado, para abalanzarse sobre la victoria o el puesto más alto posible, como en Mónaco, si un Red Bull falla. Y no duda en evidenciarlo: “Un par de errores de Verstappen, o averías, como ha sufrido Checo Pérez en esta carrera, y rápidamente se recortan los puntos. Vamos a ser lo más constantes posible y hacer el trabajo sin cometer errores, como hoy”.
En Aston Martin saben que Barcelona es una plaza más complicada para sorprender a Red Bull. “Necesitas más fortalezas en el coche”, ha afirmado el jefe de equipo de Alonso, Mike Krack, en otro de sus ya tradicionales ejercicios de prudencia dialéctica. Aunque en la escuadra británica esperan “más oportunidades” de triunfo como la de Mónaco en el futuro y ya trabajan en mejoras que llegarán próximamente, se prefiere, como hasta ahora, que la euforia no se desborde.
Lo cual no quita para que lo que sobre el papel es de una manera acabe siendo de otra cuando el semáforo se ponga verde en Montmeló. Para muestra, la presión añadida que tendrá Checo Pérez tras lo sucedido en Mónaco, con el enemigo tanto en casa como fuera de ella y la necesidad imperiosa de no fallar. Porque ni Max Verstappen ni Fernando Alonso acostumbran a perdonar vidas al volante de sus monoplazas: un descuido y te devoran sin compasión.
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