Este 28 de mayo más de 35 millones de ciudadanos han sido llamados a las urnas. A dos horas de que se cerraran los colegios, un 51,48% de los electores, es decir 18.185.337 personas, habían depositado su voto tanto para las elecciones municipales como las autonómicas.
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Una de las curiosidades que poca gente conoce es que, una vez que ha terminado el escrutunio, las papeletas se destruyen, tal y como recoge la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) en su artículo 97. Pero hay algunas excepciones.
Qué papeletas no se destruyen
Una vez que ha finalizado el recuento de votos, la presidencia de la mesa debe preguntar a los presentes si hay alguna reclamación. El último paso, en caso de que no haya ninguna queja por resolver, sería el de destruir todas las papeletas en presencia de los asistentes. Sin embargo, hay dos excepciones:
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-Los votos nulos, es decir, aquellos votos mal realizados, ya sea de forma accidental o intencional. Por ejemplo, incluir varias papeletas en el sofra, un documento no oficial, incluir objetos, etc.
-Papeletas que hayan sido objeto de reclamación
Estas papeletas se conservan y cada integrante de la mesa puede firmar en ellas. Una vez que esto ocurra se unirán al acta de sesión que corresponda una vez que finalice el escrutinio.
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