Después de más de tres semanas de inesperado parón, la Fórmula 1 volvió. Lo hizo en Mónaco, uno de los circuitos más emblemáticos del calendario. Su icónico trazado, unido al glamour y lujo que desprenden los yates atracados en el puerto colindante y el casino pegado al circuito, convierten al Gran Premio de Mónaco en una cita especial. Los pilotos sobre el asfalto honraron la historia del circuito ofreciendo una increíble pelea por la pole más igualada en lo que va de temporada.
Alonso lo tuvo cerca, tanto que llegó a tocar con los dedos su primera pole position con Aston Martin. El español se situó primero cuando restaban menos de dos minutos para el final de la Q3 y la mayoría de pilotos ya habían lanzado su ataque definitivo. Solo faltaba uno en pasar por meta, pero ese uno era Max Verstappen. El neerlandés, humanizado durante la sesión clasificatoria por la igualdad, mejoró 84 centésimas el tiempo de Fernando y le arrebató el primer puesto al asturiano. La celebración desmesurada de los ingenieros de Red Bull cuando su piloto se colocó primero era el reflejo del sufrimiento que conllevó robarle la gloria al español.
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Sainz no pudo ni con Ocon
Más amarga fue la qualy para Carlos Sainz. El de Ferrari tenía como referencia el gran rendimiento mostrado durante los dos primeros entrenamientos libres, pero todo el ritmo del SF-23 se esfumó cuando llegó la hora de la verdad. Desde la Q1 quedó claro que iba a ser un sábado complicado para Carlos. El primer obstáculo fue la bandera roja provocada tras el choque de Pérez con el muro. Llegó en el peor momento posible para Sainz: sin tiempo registrado y con el juego nuevo de neumáticos gastado.
El desgaste de las gomas le obligó a parar en boxes y montar compuestos blandos para poder pasar el primer corte. Sudó de lo lindo, pero se metió primero en la Q2 y después en la Q3. Sin embargo, cuando volvió a llegar la hora de la verdad, otra vez flojeó el madrileño. Sin ritmo para pelear por la pole, el tercer puesto que retenía a falta de dos minutos para el final de la sesión parecía un magnífico botín. Pero su compañero Leclerc y un inesperado Esteban Ocon le relegaron al quinto puesto, que los despachos revocaron. La FIA sancionó a Charles Leclerc con la pérdida de tres posiciones por ralentizar a Norris en la Q3 con lo que Sainz saldrá mañana desde el cuarto lugar.
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Pérez se fue contra el muro y Hamilton contra la realidad
Sin duda, el peor parado de todos fue Checo Pérez, que se fue contra el muro a las primeras de cambio. Apenas se había disputado la mitad de la Q1 cuando el mexicano entró demasiado pasado en la primera curva y acabó golpeando la parte trasera de su Red Bull. La consecuencia, último en la parrilla. Tampoco le fue muy bien Lewis Hamilton. El inglés, y Mercedes en general, viven en un constante quiero y no puedo. A A lo largo de estas tres semanas introdujeron bastantes mejoras respecto al último Gran Premio en Miami, pero ninguna ofreció el resultado esperado. Tanto Russell como el propio Hamilton sufrieron para colarse en la Q3, donde no pudieron con ningún Ferrari. Se tuvieron que conformar con el sexto y el octavo puesto.
Verstappen y Alonso se jugaron el botín en una batalla que el domingo se espera de lo más emocionante. Fernando no se esconde, y ya avisó durante los libres: “atacaré más que nunca, no importa si llueve o no”. Red Bull sabe lo que tiene enfrente. Un solo error, el más mínimo despiste, y ahí estará Fernando para sumar su tan ansiada 33 en Montecarlo, uno de los circuitos más emblemático del calendario.
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