El psiquiatra José Manuel Montes acude al XXIII Congreso de Lundbeck para hablar de depresión y salud mental. Tras su exposición, atiende a Infobae España para hablar sobre cómo esta enfermedad mental tiene un componente genético que se transmite de padres a hijos, elemento que debería usarse para normalizar la depresión.
El doctor se hace eco de estudios que aseguran que una de cada cinco personas sufrirán esta enfermedad a lo largo de su vida, para la que las mujeres son más propensas a sufrir.
Pregunta: Dice que una de cada cinco personas sufrirá depresión a lo largo de su vida y que hay componentes genéticos que pueden aumentar las opciones. ¿Sería útil que se hicieran estudios genéticos como los que se hacen con el cáncer?
Respuesta: Sin duda, claro, pero la ciencia aún no ha detectado exactamente qué gen es el desencadenante. Es una enfermedad genética, pero no es de un único gen. Hay varios implicados y hemos puesto el foco en muchos, cerca de 50. De su interacción es cuando sale la depresión, así que de momento un estudio genético no daría mucho valor.
P: Entonces, ¿cómo puede saber alguien que tiene ese componente genético para estar prevenido de posibles depresiones?
R: Lo puedes saber por tus antecedentes familiares. “Es que mi padre tuvo una depresión, es que mi abuela...”. Si estás viendo que hay antecedentes en la familia, puedes tener muchas más posibilidades. En el árbol genealógico se puede encontrar la respuesta.
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P: ¿Se sabe si hay más probabilidades de que se herede la genética por parte de padre o de madre?
R: Bueno, sabemos que las mujeres son más propensas y en parte es porque hay una genética distinta. Claramente, es más favorable en su caso. La transmisión madre-hija es más frecuente que padre-hijo.
P: Popularizar esa misma frase, “una de cada cinco personas sufrirá depresión a lo largo de su vida”, ayudaría a dejar de estigmatizar la enfermedad.
R: Sí, ayudaría mucho normalizar estas frases. Lo importante de estos datos también es que hay transmitir el mensaje de lo que es la enfermedad. Es una enfermedad del cerebro igual que el Parkinson o cualquier otra.
P: Habla mucho del estrés como gran detonante de depresión. Tal vez el estrés sea la enfermedad del siglo XXI.
R: El estrés genera muchas enfermedades, nos solo de depresión: desencadena otras mentales, cerebrales, el ictus, el infarto de miocardio... El tratar el estrés sería fundamental para mejorar la salud mundial globalmente. Hay una relación directa como precipitante entre estrés y depresión.
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P: En su experiencia laboral, ¿qué factores ha visto como principales desencadenantes de la depresión? Los malos hábitos, el consumo de sustancias, la predisposición genética, el estrés...
R: Siempre suele haber un primer precipitante en una personalidad predispuesta. Es una forma de afrontar el estrés equivocada o no desarrollada. Cómo tener estrés en la vida y no darse cuenta, ese es el factor principal.
P: ¿Cuál es el mayor bulo en torno a la salud mental que circula por la sociedad?
Que la enfermedad mental es algo que tiene que ver con nuestro yo y nuestra esencia y no terminamos de entender que ese “yo” está en el cerebro. Cuando tú dices “quien soy yo”, sin entrar en matices filosóficos, muchos interpretan que está distribuido en nuestro organismo, pero no, está en las neuronas. Y eso nos lleva a buscar medidas y curas alternativas, a buscar soluciones por otro lado. No se pueden buscar alternativas o filosofías que te cambien la vida porque es una enfermedad que consiste en sufrir alteraciones en los circuitos neuronales.
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