Aros dorados de una circunferencia precisa, faldas de colegiala y botas de moto. Prendas de lycra imposibles y rayas decorativas en los ojos tan afiladas como un cuchillo. Es jueves y en la sala La Riviera de Madrid una extensa cola se expande por los aledaños del caótico, y poco caudaloso, río Manzanares. Hay concierto de La Zowi, nombre artístico de Zoe Jeanneau Canto (París, 1993), la artista que se defiende con un arma –de forma metafórica y musical– de los hombres que juegan con sus sentimientos… O con su billetera.
La cantante atiende a Infobae España con motivo del lanzamiento de La reina del sur, álbum en el que reconstruye su universo de una forma “más madura”. Llega a la Gran Vía tras la resaca emocional del público madrileño, “donde tengo los fans más locos”, afirma. “Es de las ciudades más fuertes”, añade, agradecida, sobre la capital. “Ya hemos llenado La Riviera, cosa que hace un año no era posible”. La icónica sala de conciertos no dudó en convertirse en altavoz de frases como ‘no soy una opción, soy un bombón’, ‘tus putas son franquicia como Starbucks’ o ‘me dio por atrá' como coche de choque’.
Su nuevo disco es un viaje a toda velocidad por los elementos que convierten a Zoe en Zowi: el conocimiento de su sexualidad y su cuerpo, una despreocupación completa del qué dirán y un catálogo contundente de hits. Un sonido que no se aleja de su idiosincrasia, pero que sí la acerca a una mayor consistencia musical. “¿Podría estar mejor? Sí, para qué te voy a engañar, siempre se puede mejorar, pero había que soltarlo ya”, responde.
“Más que de concepto, de las barras o de lo que digo, es en la voz y en las melodías donde creo que se puede notar un cambio” con respecto a La Zowi del pasado. En La 9, Bitch Feka, Make Up o Bebé, la artista explora más géneros y juega con la capacidad innata de convertir la música en diversión y desenfreno.
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Primeras veces
La Zowi tiene un sello de garantía que incluye la venta de condones como merchandising en sus conciertos, pero detrás de la faceta artística y desenfadada, Zoe es madre de Romeo, fruto de su romance con Yung Beef –el rapero y creador de la discográfica La Vendición Records, donde ella también enmarca sus proyectos–.
“He tenido un hijo y eso me ha quitado tiempo, pero es algo que sigo eligiendo a día de hoy”
La artista afirma que el concierto del pasado jueves es la primera vez que su hijo la ve actuar. “Estaba nerviosa, ha sido petición suya”. Las cosas de palacio van despacio a la hora de abordar la conversación de cuál es su trabajo y qué es lo que hace en el escenario. “Se ve que se lo tragó entero”, añade acerca del feedback familiar. “Yo pensé que estaría despistado o con el móvil, pero me dijo que le había gustado”, responde orgullosa.
Preguntada sobre si le resulta cansino que la prense le haga cuestiones constantes sobre cómo compagina la maternidad con la música, La Zowi responde: “He tenido un hijo y eso me ha quitado tiempo, pero es algo que sigo eligiendo a día de hoy, me apetece estar lo más presente posible en mi maternidad”.
También es reacia a darle importancia a los comentarios que consideran incompatible su espectáculo, sus letras y sus atrevidos looks con el rol de ser madre. “A mí me da igual lo que piense la gente, el personaje de La Zowi tiene lo suyo, hay veces que pesa y otras que da pereza, pero no veo que estés haciendo nada malo dando el show de manera erótica”.
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Jugar con el cuerpo
El concierto de La Zowi es una batidora monumental de twerk, perreo y cualquier movimiento de nalga que se precie. No por ello considera que tenga que defenderse de nada. “El machismo existe, no sólo en la música, pero no sé si el ser mujer me pone barreras, somos pocas y es más fácil resaltar”, explica. En ocasiones piensa en colgar sus botas New Rock, si su peso no las hace caer, y en dejar que las nuevas generaciones sigan sus pasos. “A veces creo que ahora le toca a otra, que salga otra Zowi, yo ya he hecho suficiente”.
Zoe dice encontrarse en un gran momento laboral, no sólo motivada por el lanzamiento de La reina del sur, también por comprobar que el momentum acompaña a sus logros. “Cuanto más trabajo tengo, más empoderada me siento”, argumenta.
“No sé si el ser mujer me pone barreras, somos pocas y es más fácil resaltar”
La Zowi no duda en dar su opinión acerca de la reciente polémica en la que se ha visto envuelta Rosalía, víctima de unas imágenes falsas en las que aparecía desnuda. “Es una forma de violencia y es totalmente normal que se haya sentido atacada, no son cosas que se deberían dejar pasar”. ¿Qué hubiese hecho ella en su situación? “Yo soy protagonista de mi cuerpo y juego mucho con él”, se reafirma. Por eso, considera ir dos pasos por delante de los que busquen desprestigiarla empleando su sensualidad como arma.
“¿Qué van a hacer ellos que no haya hecho yo ya?”, responde irónica. “Un collage como ese con fotos mías no tiene gracia. ¿La Zowi en tetas? Pues vale”, ríe. Se considera “libre”, de ahí que “una teta no es algo que deba tener importancia”.
Ya en tono cómico, la artista hace referencia al parecido con Aitana en el que muchos de sus seguidores coinciden. Tanto, que en el concierto de La Riviera hubo un momento en el que corearon el nombre de la catalana para darle la bienvenida. “Se me hizo raro, la verdad”, afirma, pese a la buena relación que existe entre ambas artistas. “Es una broma llevada al extremo, pero es que nos parecemos un montón, qué le vamos a hacer”.
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