Vox tiene un objetivo claro tras el 28-M: exportar el modelo de gobierno de Castilla y León en todos los territorios y plazas donde sea posible. Para ello, el partido de ultraderecha quiere evitar la mala prensa que tuvo que enfrentar tras los resultados de las elecciones de Andalucía, cuando el tropezón de Macarena Olona en la región supuso procupaciones en la sede central de los ultras, un sentimiento que no quieren volver a vivir.
Santiago Abascal ha diseñado una campaña en la que movilizar a sus votantes, sobre todo, en las plazas claves. En Vox son conscientes de que comunidades como Madrid no serán determinantes ya que, según todas las encuestas, Isabel Díaz Ayuso sumará más escaños que toda la izquierda junta, lo que deja a la formación ultraderechista completamente noqueada. Bajo ningún concepto se podrían permitir los de Rocío Monasterio votar “no” en la investidura de Ayuso, una fotografía que les equipararía con las fuerzas de izquierdas. Por esa razón, la dirección del partido tan solo ha programado para su lider un acto, lo realizó en Chinchón y tan solo acudieron, aproximadamente, 300 personas. Algo parecido ocurre en feudos similares del PP como Málaga o Zaragoza, donde no tienen pensando ni ir.
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Según la agenda de Santiago Abascal publicada por la propia formación, el líder de Vox se centrará principalmente en Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana, ésta última es una de las comunidades clave donde la ultraderecha podría entrar en el gobierno a partir del próximo 29 de mayo, una oportunidad que no pueden permitirse dejar escapar.
Valencia es para Vox tan importante que el presidente del partido decidió dar el pistoletazo de salida de la campaña desde la Comunidad. Abascal acudió con el objetivo de volver unos días después, lo hizo el miércoles. Según las encuestas, la suma de la izquierda y la derecha está tan ajustada, que el resultado de los pactos se decidiría por, tan solo, un par de parlamentarios y unos cuantos miles de votos.
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Vox podría ser clave en La Rioja, Aragón y Extremadura
La dirección de Vox se ha centrado en intentar movilizar a su electorado potencial en Extremadura, dónde la suma se pronostica muy ajustada. El líder de la ultraderecha es consiciente de que, para acabar con el gobierno de Vara, serán determinantes, a pesar de que la media de las encuestas apuntan a que el socialista no tendrá más remedio que pactar con los morados.
La desaparición de Ciudadanos, tal y como vaticinan todas las encuestas, obligará al Partido Popular a pactar, en muchas de las plazas, con la ultraderecha. Este escenario lo busca Vox para lograr su completa normalización dentro de las instituciones, una situación de la que Feijóo no quiere oír ni hablar.
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Situación parecida a la de Extremadura es la que viven en Logroño, donde la última encuesta publicada de la comunidad, el PSOE dejaría de ser la primera fuerza, una posición que recuperaría el Partido Popular tras perderla en 2019. Además, no sólo se conformaría con firmar el primer puesto, sino que podría gobernar, aunque dependiendo de la ultradercha. Razón por la cual, Abascal ha acudido a la comunidad en dos ocasiones en menos de quince días.
Por su parte, Lambán también podría caer. El gobierno socialista de Aragón pende de unos cuantos miles de votos, una comunidad que tan solo ha gobernado el PP en dos legislaturas desde el inicio de la democracia. La tercera, podría producirse de la mano de la extrema derecha, siempre y cuando la plataforma de la España Vaciada apueste por apoyar a la lista más votada. A pesar de que el PP necesite a Vox, no es previsible que entre en el gobierno.
Barcelona y Euskadi, actos simbólicos
La ultraderecha no ha conseguido grandes logros en Euskadi ni Cataluña más allá de las últimas elecciones catalanas, en las que la formación de Santiago Abascal logró el sorpasso al PP y a Ciudadanos. Más allá de este episodio, según las encuestas, en los principales ayuntamientos de ambas comunidades, la formación no destaca y mucho menos logra el sorpasso al PP. En Barcelona, con suerte, alcanzarían la barrera electoral necesaria.
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Ante este panorama electoral, Abascal ha tirado e simbolismo para intentar movilizar. En Euskadi ha convocado a sus fieles en Vitoria, su ciudad natal y en Barcelona organizó un mitin al principio de la campaña en la plaza de Artós, lugar icónico en el que se produjeron los más duros enfrentamientos entre ultranacionalistas españoles y catalanes.
Vox no se rinde ni en Murcia ni en Sevilla
A pesar de no ser muy positivas las encuestas de Murcia, Abascal luchará por devolverle a López Mirás el uso que hizo de los diputados que expulsó Vox de su partido para lograr una mayoría alternativa tras la moción de censura que presentó Ciudadanos en 2021.
Según las encuestas, a pesar de mejorar sus resultados, el Partido Popular no conseguiría la mayoría suficiente para gobernar en solitario y tras la jugada de López Miras de 2021, sería previsible que Vox exigiera entrar en el gobierno autonómico.
Sevilla también es una arena clave para la ultraderecha. Abascal, a pesar de tener su máximo caladero de votos en Almería donde fueron primera fuerza, por delante del PP, en localidades como Elegido, el líder de los ultras a pisado solo Sevilla. Son muy conscientes de que es posible arrebatarle al PSOE el ayuntamiento más importante que tienen, un golpe que supondría el fin del eterno liderazgo de la izquierda en la ciudad andaluza. Vox quiere participar del pastel.
Ceuta y Castilla La-Mancha, podrían ser las alegrías de Vox
Los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2019 fueron muy buenos para la formación de ultraderecha. Muchos electores, tras el desastre de Ciudadanos, apostaron por la formación de ultraderecha. Este apoyo fue muy significativo en territorios como en Andalucía, dónde Vox se quedo a poco más de 7.000 votos de superar al PP, en Castilla La-Mancha, donde les distanciaba del PP algo más de 60.000 papeletas o Ceuta donde fuieron la lista más votada y se llevaron el único diputado que reparte la ciudad autónoma.
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Vox pretende, aunque las encuestas pronostican un escenario diferente, exigir un pacto como socio mayoritario. Un escenario que permitiría a Vox sentarse a negociar desde una posición privilegiada todos los pactos en comunidades y ayuntamientos tras el 28-M.
Castilla La-Mancha, por su parte, es el lugar donde Abascal ha centrado todos sus esfuerzos. A pesar de configurar una campaña que no está logrando una movilización masiva, como un día logró, Vox si mantiene todas las esperanzas en arrebatarle a Page y al PSOE el gobierno de la Junta.
Con el objetivo de hacer realidad los pronósticos de las encuestas, el líder de la formación de extrema derecha ha programado cuatro actos a lo largo de la campaña. El 20 de mayo estuvo en Guadalajara, al día siguiente celebró otro acto en Ciudad Real y Albacete y acabará la campaña en la capital de la Comunidad, Toledo.
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