Samuel Umtiti vive una segunda juventud. Cerca de cumplir 30 años, el central francés disfruta de un gran estado de forma en el Lecce tras varias temporadas siendo más protagonista por sus asuntos fuera del terreno de juego que lo estrictamente deportivo. Las lesiones y baja forma física le relegaron a un segundo plano en el Barça de manera inesperada ya que sus dos primeros años como azulgrana fueron notables. Se hizo con la titularidad y junto a Piqué formó la pareja de centrales titular que conquistó LaLiga en 2018, año que Umtiti remató proclamándose campeón del mundo con Francia.
Sin embargo, su repentino bajón físico, acompañado de lesiones y recuperaciones longevas, acabaron con su estatus de mariscal de la zaga. Una condición que, tras un inicio de temporada marcado por su nula participación, ha recuperado en el Lecce. Al equipo italiano llegó en calidad de cedido, pero sin opción de compra, por lo que deberá volver al Camp Nou la próxima temporada. Un lugar del que Umtiti no guarda buenos recuerdos. “En Cataluña pasé cuatro años en prisión. No solo a nivel deportivo en el Barça, sino en la vida cotidiana. Esta temporada he vuelto a sentirme jugador. Sólo necesitaba ser respetado y apreciado”, expresó el jugador francés en una entrevista Canal + Francia.
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Tiene contrato con el Barça hasta 2026
El francés llegó a la Ciudad Condal con 22 procedente del Lyon donde había cuajado tan buenas sensacions que lo llevaron a ser uno de los centrales más prometedores de Europa. Tras un gran comienzo con la camiseta azulgrana, su luz se fue apagando hasta el punto de no contar para Xavi. “Al principio, después de mi mudanza a España, me sentí apreciado y jugué a un buen nivel. Entonces empecé a sentir desconfianza, me sentí mal y di cuenta de que ya nadie creía en mí. En el Lece he vuelto a encontrar mi sonrisa y estoy agradecido con eso”.
Pese a su felicidad en Italia, toda historia de amor tiene un final y el de Umtiti llegará el próximo 30 de junio, fecha en la que deberá volver a la disciplina azulgrana. Su intención es continuar su carrera lejos de la Ciudad Condal y por ello dejó la puerta abierta a un posible regreso al Lyon. “En Italia he conseguido sentirme bien y es lo que quiero, ahora solo pienso en evitar el descenso con mi equipo. Sin embargo, hace algún tiempo, mi amigo Lacazette vino verme y pensamos que, antes de retirarnos, sería bueno jugar un poco más juntos”, afirmó. Ambos jugadores coincidieron en el Lyon, equipo en el que actualmente milita el delantero galo.
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En Italia fue víctima del racismo
El caso Vinicius ha sido el último, pero no el primer episodio de racismo de esta temporada. A principios de años, el Lecce de Umtiti recibió en casa a la Lazio, equipo romano cuya afición de ideología ultraderechista se ha visto en vuelto en más de una polémica. La hinchada blanquiceleste profirió durante el partido insultos racistas dirigidos a Umtiti. “Es una vergüenza, ha llegado el momento de que todo esto termine. Son comportamientos vergonzosos”, declaró Marco Baroni, técnico del Lecce.
Rápidamente tanto la FIFA como el Barça mandaron su apoyo al francés. “Solidaridad a Samuel Umtiti. Gritamos fuerte ‘¡No al racismo!’ Que la gran mayoría de los aficionados, que son buenas personas, se levanten y silencien a todos los racistas de una vez por todas”, expresó el máximo organismo del fútbol. Mientras que el Barça expresó “su total oposición a cualquier signo de violencia, racismo, xenofobia e intolerancia”.
Umtiti recordará su etapa en el Lecce como la temporada en la que recuperó la sonrisa volviendo a sentirse futbolista. El francés tiene contrato con el Barça hasta 2026, sin embargo, ya ha expresado su deseo de continuar lejos de la Ciudad Condal para no volver a vivir en “prisión”.
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