Mediaset España ha anunciado este viernes 26 de mayo una modificación de su código ético para incluir un protocolo de actuación aplicable a sus formatos de telerrealidad. La compañía audiovisual ha endurecido el control a los posibles participantes de esos programas con diez reglas básicas “para regular la convivencia y garantizar la salud y el bienestar”. Con esta medida, la cadena allana el terreno para el posible regreso del formato Gran Hermano tras la sentencia por el abuso sexual que sufrió Carlota Prado en el reality.
El nuevo protocolo establece tres grandes categorías en las que se integran estas diez normas de obligado cumplimiento en programas “que conllevan aislamiento y convivencia grupal durante prolongados periodos de tiempo y que, en algunos casos, se desarrollan en entornos complejos”.
1. Selección de participantes
En este apartado, Mediaset establece cuatro normas básicas. En primer lugar, la cadena acordará con la productora “el carácter que se imprimirá” al programa en cuestión, así como el público objetivo y el perfil general de posibles concursantes. Además, la compañía deberá aprobar la lista de participantes propuesta por la productora y se reserva el derecho de veto “con base en motivos objetivos y razonables”.
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Antes de que comience el reality, la productora tendrá que elaborar un análisis de riesgo de cada concursante. Para ello, se obliga a realizar un examen físico y psicológico a los posibles fichajes, así como a investigar su entorno familiar, profesional o social para “descartar comportamientos agresivos o antisociales, dependencias crónicas, etc.”. Aquellos aspirantes que cuenten con antecedentes de violencia en los últimos cinco años, serán descartados de la producción.
2. Seguridad y bienestar
Este apartado indica que la productora deberá comprometerse a garantizar la asistencia médica y psicológica a los participantes cuando lo requieran. Asimismo, se evitará que los concursantes sean expuestos “a cualquier tipo de riesgo excesivo o no debidamente controlado”.
Por otra parte, el apoyo psicológico a los participantes del reality en cuestión deberá prolongarse durante, al menos, dos meses tras la conclusión del programa.
3. Comportamientos prohibidos y reprobables
Por último, la cadena determina tres normas básicas para evitar todo tipo de conductas problemáticas o ilegales en cualquiera de sus realities. Así, se obliga a la productora a atajar cualquier comportamiento que pueda ser considerado como “acoso o abuso sexual, bullying, discriminatorio por razón de género, raza, nacionalidad, creencia o religión,consumo de drogas, violencia física o verbal”. También se evitará “el consumo inmoderado de alcohol y la utilización de imágenes de los concursantes/participantes bajo la influencia de éste, y cualquier otro que merezca la general reprobación”.
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Para supervisar que estas reglas sean cumplidas y que no se produzcan comportamientos inadecuados, la productora se obligará a disponer de “un equipo humano suficiente en número y preparación que, dividido al menos en dos turnos (diario y nocturno) y dotado de la infraestructura tecnológica necesaria, pueda hacer un seguimiento continuo y preciso de los participantes/concursantes”. De esta manera, se podrá “reaccionar de forma inmediata” para evitar o atajar cualquier conducta problemática.
Finalmente, Mediaset abre un canal de denuncias anónimas que será puesto a disposición del equipo humano que trabaje en cada reality para que los trabajadores puedan informar de cualquier posible incidencia que pueda afectar gravemente a la convivencia o a la salud y bienestar de los participantes.
Con este nuevo protocolo, la cadena parece allanar el terreno para el regreso de Gran Hermano, un formato que desapareció de la parrilla de Telecinco por la polémica generada tras la agresión sexual sufrida por Carlota Prado en el concurso en 2017. La productora del programa acaba de ser condenada como responsable civil subsidiaria de aquella violación, por lo que la compañía audiovisual ha actualizado su código ético para evitar situaciones similares en el futuro, facilitando así la posible vuelta del reality de convivencia a la cadena.
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