El último día de campaña electoral en la Comunidad de Madrid ha tenido a los sanitarios y profesores de secundaria como grandes focos. Ambos sectores fueron convocados a la huelga para reivindicar deficiencias en sus sectores, pero sobre todo, para criticar al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Los empleados públicos llevan varias semanas de protestas, pero eso no ha hecho temer al PP en ningún momento que revalide el poder en la capital, donde incluso podría sacar mayoría absoluta.
Los datos de apoyo de la huelga son contradictorios. Desde la Comunidad de Madrid apuntan a un seguimiento del 7,59% entre el profesorado, que se contradice con el 69% que apunta Comisiones Obreras (CCOO). Entre los sanitarios, el sindicato eleva la cifra de sanitarios hasta el 68%, pero la Comunidad lo reduce al 1,5%. Más de 130.000 empleados públicos estaban llamados al parón, que a juzgar por los datos ha tenido una tibia acogida, aunque en las calles ha generado algo más de ruido.
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Unos setecientos empleados públicos de la sanidad madrileña, según la Delegación del Gobierno en Madrid, convocados por los sindicatos Satse, CCOO, CSIT Unión Profesional y UGT, se han concentrado este viernes a las puertas de la Consejería de Sanidad y además de las reivindicaciones de la jornada, han pedido la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid La protesta, frente al número 29 de la calle Aduana, ha estado presidida por una pancarta con el lema “En defensa de los profesionales. Por una sanidad pública de calidad”.
En el ámbito sanitario, más de 78.000 profesionales del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) estaban llamados a participar en esta jornada de huelga promovida por cuatro de los cinco sindicatos mayoritarios en el sector. La sanidad ha sido el gran eje del debate en Madrid durante los últimos meses, especialmente desde que se llevara a cabo una huelga indefinida entre los médicos de la Atención Primaria para denunciar una transformación de las Urgencias Extrahospitalarias, que finalmente cerró con un acuerdo entre Comunidad de Madrid y sindicatos que no impidió, pese al esfuerzo de los sanitarios, una merma en plantillas y servicios públicos.
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En cuanto a los profesores, denunciaban el estado estructural de la educación pública madrileña. Los sindicatos solicitaban un descenso del ratio de alumnos por clase, una climatización de las aulas, la recuperación de las 35 horas de la jornada semana y la ampliación de plazas para la atención a la diversidad. En general, una enmienda a la totalidad de la gestión del PP de la Comunidad de Madrid.
Hace unas semanas, los empleados públicos del resto de sectores también se sumaron a las protestas y anunciaron huelgas para intentar forzar a la Comunidad de Madrid a negociar la recuperación de las 35 horas de jornada semanal, horario que fue aumentado por Mariano Rajoy durante las reformas que impuso en 2012. El resto de regiones de España trabajan ya por enmendar esta reforma tras la reciente aprobación del ‘Acuerdo marco para una Administración del siglo XXI’ por parte del Gobierno de España. Pero Madrid es la única que no se ha planteado recuperar el horario.
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