Irene Dalmases
Barcelona, 26 may. Ha pasado más de una década desde que la escritora inglesa Jessie Burton quedara abducida por la casa de muñecas de Petronella Oortman que se exhibe en el Rijksmuseum de Ámsterdam, origen de su novela "La casa de las miniaturas", con la que llegó a dos millones de lectores y se adaptó como serie para la BBC One.
Ahora regresa con la continuación, "La casa de la fortuna" (Salamandra), en la que retoma a sus principales personajes en un relato que ubica dieciocho años después, en el Ámsterdam de 1705, con Nella ejerciendo de tía de la joven Thea Brandt, una mestiza, hija de Otto, el criado negro de su fallecido marido Johannes y de su hermana Marin.
En una entrevista por zoom, desde su casa de Londres, Burton reivindica a EFE el poder de la imaginación, que ve como "una bendición" por su capacidad para "hacerte pensar y proyectar", aunque no rehuye que también puede hacer daño "si te la acabas creyendo, como le ocurre a Thea".
Durante años pensó que "La casa de las miniaturas" era una historia cerrada, pero "mirar hacia atrás tiene cosas buenas y vi una puerta abierta y le di otra oportunidad a un personaje como Nella, la protagonista de esa historia, que siento que ocupa una parte de mí, aunque no quiero encasillarme en novelas históricas sobre la época dorada de Ámsterdam".
En el año 2016, intentó escribir algún capítulo, pero "me di cuenta de que no estaba preparada, ni ella tampoco, pero unos años más tarde, vi que la cosa ya fluía y que quería hacer una secuela. Fue como que este personaje me había escogido a mí, más que yo a ella", precisa.
NOVELA PSICOLÓGICA, INTROSPECTIVA
Aunque aborda cuestiones como el colonialismo, el racismo, las desigualdades sociales o el papel de la mujer en ese momento, cree que ésta es una novela "más psicológica, introspectiva, de lo que ocurre con una familia de puertas adentro y de cómo el paso del tiempo es inexorable y cómo, aunque no quieras convertirte en lo que te molestaba de joven, acabas repitiendo patrones".
"Los principales personajes de esta novela -prosigue- intentan sobrevivir en una sociedad que les desprecia, sabiendo que el dinero es un escudo de protección".
Con su prosa envolvente, Jessie Burton, que fue actriz en el Tational Theatre de Londres antes de convertirse en escritora, sitúa al lector en el destellante Ámsterdam de principios del siglo XVIII, con Thea Brandt, muy enamorada a sus dieciocho años de un pintor de escenarios teatrales llamado Walter Riebeeck.
A pesar de ello, tanto su tía Nella como su padre Otto, en una situación económica muy precaria, buscan para ella otro pretendiente, después de recibir una invitación para el baile más exclusivo de la ciudad, lo que creen podría contribuir a mejorar su posición social.
Nella, que en su juventud se vio abocada a casarse con Johannes Brandt, acaudalado comerciante que residía en la llamada Curva del Oro de la ciudad, siente que ahora está "repitiendo patrones", en una sociedad en la que impera la hipocresía y los convencionalismos.
Documentándose tanto para su primera novela como para ésta -en pleno confinamiento- pudo ver que ahora "hay más documentación sobre cómo era el Ámsterdam de los siglos XVII y XVIII, una ciudad que ha cambiado mucho en estos siglos, aunque sigue habiendo muchas desigualdades".
Por otra parte, conocedora como es del mundo teatral, ha querido mostrar lo que aporta una obra al espectador sin esconder "lo que pasa entre bambalinas, con una actriz, Rebecca Bosman, que le explica a Thea que esto es un arte, pero también un trabajo, con sus mecánicas y sus muchas horas de ensayo".
Le encantaría que volviera a hacerse una serie con su nueva propuesta, pero es consciente de que "mis libros sobre Ámsterdam son difíciles de adaptar", aunque avanza que de su novela "The Confession", que inicia en 1980, Universal ha adquirido sus derechos.
Por otra parte, a la novelista, que habla un poco de español de su época de residencia en Chiclana (Cádiz), le gustaría convertir en un musical "The Restless Girls", una obra para pequeños lectores, de entre 8 y 12 años, un cuento de hadas feminista sobre la familia, la sororidad y la valentía. EFE
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